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Esclavitud americana

22 de abril de 2024

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Así lo llamó una joven que este sábado cumplió 26 años al Modo de Vida que Estados Unidos propagandiza como el gran ideal de quienes nacen o aspiran a llegar a territorio norteamericano.

La joven, blanca, de pelo y ojos castaños, nacida en Cuba y llevada a los dos años a Estados Unidos, no pudo seguir por razones económicas la carrera de Medicina en la Universidad de Atlanta, la cual, de concluirla, terminaría con una deuda de medio millón de dólares.

Relata como muchos de sus compañeros y amigos en el estado norteamericano de Georgia sufren discriminación de toda índole, por ser latinos, migrantes, negros, de cualquier otra minoría racial.

“Le temen más a la policía que a los delincuentes”, destaca.

Y es que Estados Unidos, al que tratan de colocar como el paradigma de la democracia, está imbuido de odio, exclusión y discriminación a las minorías.

Un experto de la ONU en derechos humanos, Fernando de Varennes, instó a modificar su legislación al respecto, y afirmó que el marco jurídico para la protección de los derechos humanos en ese país dista mucho de ser integral o, incluso, coherente en algunas ocasiones.

“Estados Unidos es una nación de contradicciones en lo que se refiere a los derechos humanos y a las minorías, ya que se proclama como la tierra que acoge a las personas pobres y acuciadas, pero, al mismo tiempo, es donde el apoyo a la esclavitud condujo a una de las guerras civiles más brutales del mundo. Es el lugar donde la segregación racial persiste y las vivencias de los pueblos indígenas han estado marcadas durante siglos por la desposesión, la brutalidad e incluso el genocidio”, afirmó.

Y es que, pese a los avances en materia de derechos humanos, principalmente en la década de los años 60, Estados Unidos se distingue del resto de las llamadas democracias occidentales por su entramado incompleto en el reconocimiento de los derechos humanos y su protección legal, dejando en el olvido a las minorías y a los pueblos indígenas en tiempos de agitación, incertidumbre y crisis.

En los últimos años se han observado estas deficiencias en materia de derechos humanos y en el espectacular crecimiento de la incitación al odio en las redes sociales, las crecientes desigualdades entre los que tienen y los que no tienen, con un envenenamiento del pensamiento individual y de la sociedad en muchas partes del país.

 

LOS MÁS MARGINADOS

Los continuados asesinatos de afroamericanos a manos de la policía, en muchos casos de personas inocentes, han causado justas manifestaciones de protesta a lo largo de la nación, donde el establishment gobernante sigue protegiendo a grupos extremistas blancos.

Se encuentran entre las minorías más marginadas del país, con más probabilidades de que se les niegue el voto en las elecciones federales, de ser encarcelados, de ser el centro de los mensajes de odio en las redes sociales, de sufrir una discriminación desproporcionada o incluso de quedar excluidos en una serie de áreas.

Asimismo, destaca la escasa financiación de muchas escuelas públicas, y el impacto desproporcionado que esto tiene sobre los niños de las minorías en muchas partes del país.

En fin, los afroamericanos y los latinos en particular, sufren de forma desproporcionada la marginación y la criminalización que los hunde en un ciclo generacional de pobreza, con un sistema legal que está estructuralmente configurado para favorecer y perdonar a los más ricos y penalizar a los más pobres, especialmente a los no blancos.

Así, se revela la falsedad de las autoridades norteamericanas que proclaman a Estados Unidos como ejemplo de igualdad, libertad y democracia, cuando, realmente se vive, más bien se subsiste, en una “esclavitud americana”.

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