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Error de cálculo

30 de junio de 2017

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Rusia acaba de alertar que Estados Unidos prepara una nueva agresión con armas químicas en Siria, con el fin de daumentar su injerencia en el país árabe y coadyuvar al abierto apoyo de unas fuerzas terroristas que denomina democráticas y abrir el paso a Israel hacia nuevas agresiones en el sur.

Tras la llegada de más blindados y militares norteamericanos a territorio fronterizo sirio, con el fin de impedir el continuado avance del ejército de Damasco, Moscú acaba de reforzar la fuerza aérea que colabora en el combate al terrorista Estado Islámico, en tanto su poder naval vuelve a destruir enclaves enemigos que, según trascendió, recibe ayuda delmando militar estadounidense.

Por mucha algazara que se arme sobre el peligro del terrorismo para Occidente, no hay noticia alguna de enfrentamiento entre ambas partes en territorio sirio y, por el contrario, aliados como Israel no ha abandonado el apoyo logístico y de su inteligencia militar al EI.

Rusia también aclaró que no aceptará las presiones que desde Washington hacen por el apoyo que Moscú brinda al legítimo gobierno del presidente sirio, Bashar al-Assad, por lo cual no hay mucho que elucubrar, porque las cartas están sobre la mesa.

En ese sentido el canciller ruso Sergei Lavrov,subrayó que su país no va a renunciar asus legítimos intereses y solo aceptará cooperar de igual a igual “algo que tampoco ahora gusta a todo el mundo en Washington. Pero estamos abiertos a un diálogo de lo más sincero sobre cualquier cuestión de la agenda bilateral e internacional”.

En este contexto es bueno citar que por encima de la algazara montada por los halcones de la guerra, se han elevado voces conscientes de congresistas norteamericanos de ambos bandos, como el republicano Dana Rohrabacher, quien  consideró irracionales las políticas que adopta su país respecto a Rusia y Siria.

“Pienso que Estados Unidos ha sido poco realista e irracional en las relaciones con Rusia y Siria (…) Estados Unidos no tenía razón para condenar las acciones de Rusia en Siria. Deberíamos haberlas aplaudido en lugar de condenarlas”, indicó Rohrabacher en declaraciones recogidas por el colega Cubasi.

Pero la realidad ha demostrado que pesea declaraciones iniciales en medio de su campaña para ser electo presidente, Donald Trump, ha perdido  el raciocinio y, con arrebatos, amenazas y  ataques criminales, ahora contra Siria –comolo hace en Corea Democrática y tiene en su mira a Venezuela– no soluciona problema alguno y sí los crea en un grado de tal magnitud que tendrían consecuencias tan nefastas que pudieran ser irreversibles.

Rusia también aclaró que no aceptará las presiones que desde Washington hacen por el apoyo que Moscú brinda al legítimo gobierno del presidente sirio, Bashar al-Assad, y confirmó que solicitará que se aclare el ataque de EE.UU. a la base aérea siria, además de pedir una investigación sobre el uso de armas químicas en la nación árabe.

No hay mucho que elucubrar, porque las cartas están sobre la mesa, y en ese sentido Lavrov subrayó que su país no va a renunciar asus legítimos intereses y solo aceptará cooperar de igual a igual “algo que tampoco ahora gusta a todo el mundo en Washington. Pero estamos abiertos a un diálogo de lo más sincero sobre cualquier cuestión de la agenda bilateral e internacional”.

En este contexto es bueno citar que por encima de la algazara montada por los halcones de la guerra, se han elevado voces conscientes de congresistas norteamericanos de ambos bandos, como el republicano Dana Rohrabacher, quien  consideró irracionales las políticas que adopta su país respecto a Rusia y Siria.

“Pienso que Estados Unidos ha sido poco realista e irracional en las relaciones con Rusia y Siria (…) Estados Unidos no tenía razón para condenar las acciones de Rusia en Siria. Deberíamos haberlas aplaudido en lugar de condenarlas”, indicó Rohrabacher

Ahora solo basta esperar que el raciocinio domine algo la mente de los gobernantes estadounidenses, principalmente del mandatario Trump, quien debe ent6ender que con arrebatos, amenazas y ataques criminales, ahora contra Siria, mañana pudiera ser contra la República Popular Democrática de Corea, no soluciona problema alguno y sí los crea en un grado de tal magnitud, cuyas nefastas consecuencias pudieran ser irreversibles.

No son palabras vanas, porque la euforia presidencial proviene de la certeza personal que Estados Unidos pudiera destruir a Rusia antes de ser atacado en su territorio, error en lo que han incurrido los denominados “tanques pensantes”.

De ahí que siga obligando a sus socios europeos a mantener las sanciones contra Moscú, alegando la injerencia rusa en Ucrania, principalmente en el este, y Crimea, cuando lo real es que se ha tratado respectivamente de evitar el genocidio alentado por Washington y el desconocimiento a un referendo popular que hizo regresar a los habitantes de la península a la Federación.

El otro error de cálculo del establishment financiero-militar que controla realmente Estados Unidos es creer que en caso de una hipotética guerra el escenario principal sería el continente europeo y no se extendería a EE.UU., cuando reconocidos analistas militares, entre ellos norteamericanos, han reconocido el poderío de las fuerzas estratégicas rusas.

Se debe evitar llegar a esta situación, y solo una política firme salvaría al planeta de cualquier errada elucubración del Imperio en ese sentido.

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