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Entre peligros y hazañas deportivas

8 de febrero de 2018

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Hace solo unas décadas el mundo vivía, casi a diario, las tensiones provocadas por las amenazas de una posible agresión nuclear. En el inicio del año 18 del nuevo siglo, parecía que las amenazas habían desaparecido, ni siquiera se hablaba del tema en la gran prensa.

Del 9 al 25 de febrero se efectúan los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang, capital de Corea del Sur y esta fiesta del músculo y los récords deportivos tiene como telón de fondo una historia de amenazas a Corea del Norte por parte de los Estados Unidos.

Ello ha provocado que la península coreana constituya uno de los más peligrosos focos de tensión en el planeta y con riesgos a la utilización del arma nuclear.

Unos días antes del inicio de los juegos,  el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, iniciaba  una visita a Japón y en el encuentro con  primer ministro, Shinzo Abe, estuvo en la agenda el tema nuclear de la República Popular Democrática de Corea (RPDC).

Varios analistas coinciden en que no es casual la visita y su objetivo principal fue crear las condiciones para el encuentro del visitante con el presidente surcoreano, Moon Jae-In, para ratificar la unidad entre esas tres naciones.

Pence de inmediato dio a conocer que Washington informaría de nuevas sanciones que impondrá a Corea del Norte, que será “una nueva ronda más dura y agresiva de sanciones económicas” y que Estados Unidos seguirá “aislando a esa nación hasta que abandone sus programas nucleares y de misiles balísticos de una vez por todas”.

Coincidentemente el diario The Japan Times señalaba que el Premier nipón “pedirá ayuda a Corea del Sur para evacuar a los ciudadanos japoneses si estalla un conflicto bélico en la península coreana, citando a fuentes gubernamentales.

Ante el potencial peligro de un desenlace nuclear especialistas reconocen cierto clima de distención en la península, sobre todo a partir del anuncio hecho por el líder norcoreano Kim Jong Un de mandar una delegación a los Juegos, lo que reactivó un canal de comunicación entre las dos Coreas.

Para algunos, los Juegos en sí mismo pudieran ser un momento de distensión, otros sin embargo consideran que pudieran ser el marco ideal para crear una situación más explosiva en la región.

Las dos Coreas compiten juntas bajo la bandera de la unificación pero no se debe olvidar que la del Norte sufre las amenazas de Estados Unidos para que ponga fin a su programa nuclear y de las sanciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Para el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, presente en la cita, el evento “abre una ventana de esperanza y de oportunidades con el proceso de diálogos entre las dos Coreas”.

Sin embargo, muchos se preguntan si Seúl realmente aspira a la distensión, cuando acepta el despliegue de los sistemas antimisiles estadounidenses Thaad en su territorio, poco antes del comienzo de los Juegos y asume otras posiciones acorde a los deseos de los militares estadounidenses.

Nuevamente el tema nuclear llena los principales espacio de la prensa mundial. Los que peinamos canas recordamos el término “invierno nuclear” que resumía cómo quedaría el mundo ante un conflicto donde se utilicen esas mortíferas armas.

Los juegos de invierno, entonces, pudieran servir para eliminar tensiones y alejar el peligro real de un enfrentamiento militar, con el uso de armamento nuclear que afectaría la paz mundial.

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