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Entre hala levas y correveidiles

14 de mayo de 2019

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No hay mucho bueno, por no decir nada, que escoger entre los dos candidatos que se enfrentarán en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales el próximo día 26 en Lituania.

Ambos, el posible favorito de Estados Unidos: el economista Gitanas Nadeusda, y la ex ministra de Finanzas conservadora Ingrida Simonyte, sospechosa de estar implicada en alguna que otra corruptela, acumularon la mayor cantidad de votos, dejando fuera a otros siete aspirantes, entre ellos el renunciante primer ministro, Saulius Skvermelis, quien había anunciado que si resultaba triunfador, trasladaría la embajada de su país en Tel Aviv a Jerusalén.

Skvernelis rompió el “servilómetro”, al decir que ello conllevaría a lazos más estrechos con Israel y Estados Unidos, lo que Lituania considera un amortiguador de seguridad clave contra Rusia.

El traslado de la embajada “podría dar un nuevo impulso a las relaciones con Israel, tanto en las áreas de seguridad como de comercio”, dijo Skvernelis a los reporteros cuando habló sobre su campaña presidencial para delinear sus prioridades de política exterior.

“También enviaríamos una señal de que Estados Unidos es nuestro socio no solo en palabras, sino que también nos ponemos del lado de él” en las situaciones difíciles, arguyó.

La decisión del presidente Donald Trump de trasladar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, aplaudida por el primer ministro sionista, Benjamin Netanyahu, rompió con décadas de consenso internacional para que el estado de la ciudad se estableciera como parte de un acuerdo de paz de dos Estados entre Israel y los palestinos, quienes también lo reclaman como la capital de su futuro Estado.

La Unión Europea en su conjunto sostiene que Israel y los palestinos deben negociar el estatus de Jerusalén.

Israel ocupó el este de Jerusalén en la Guerra de los Seis Días de 1967, y luego la anexó en un movimiento nunca reconocido por la comunidad internacional.

La presidente saliente, Dalia Grybauskaite, que después de dos períodos consecutivos no se está lanzando a la reelección, “no hará comentarios sobre los programas electorales”, dijo su portavoz, aunque trascendió que nada se aparta de la política favorable al imperialismo y en contra de Rusia, nación contra la cual la pequeña Lituania también se sumó a la política de sanciones promovida por Estados Unidos.

Como en la primera vuelta, unos 2,5 millones de personas están llamados a votar en la segunda, a las que se presentan nueve candidatos para suceder a Grybauskaite. El referendo incluye otra pregunta sobre un proyecto para reducir el número de escaños del Parlamento de 141 a 121.

Todos los candidatos a la presidencia son partidarios de la permanencia del país tanto en la Unión Europea (UE) como en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

En Lituania, el presidente no ejerce ningún poder político en el día a día, pero es responsable de la política exterior y participa en las cumbres de la UE. Nombra a los ministros, jueces y jefes del ejército y del banco central, pero en la mayor parte de las ocasiones necesita del beneplácito del primer ministro o del Parlamento.

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