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Enseñando las garras

2 de marzo de 2015

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Nada más y nada menos que acaban de cuestionar a Jeb Bush como candidato por el Partido Republicano para las elecciones presidenciales de Estados Unidos el venidero año. Es más, lo comparan ideológicamente a Hillary Clinton, quien sale de favorita por la candidatura por el Partido Demócrata.
Dicen que el hermanísimo de W. Bush, de reciente triste recuerdo, es demasiado “liberal” para el gusto republicano, obviando que el ex gobernador de La Florida siempre lleva las garras afiladas para cuestionar la política exterior del presidente Barack Obama, por considerarla tímida y culpable por la pérdida de influencia de Estados Unidos en el mundo, porque, lean bien, “ya no inspiramos temor a nuestros enemigos”.
En su primer gran discurso del año sobre política exterior, pronunciado hace unos días delante de unas 800 personas reunidas en un almuerzo organizado por el Consejo de Asuntos Globales de Chicago, Bush se refirió a Obama y a la “gran ironía” de que alguien que llegó al poder con la promesa de un mayor compromiso con el mundo “hizo que el país perdiera su influencia”.
Estados Unidos no se puede dar el lujo de retirarse del mundo, porque “nuestra seguridad, prosperidad y valores demandan que permanezcamos comprometidos e involucrados a menudo en lugares muy distantes”, expresó.
Según dijo, “el gobierno habla, pero las palabras desaparecen. Traza líneas rojas, pero luego las borra. Esta Administración ha sido inconsistente e indecisa”.
En el discurso hizo un llamado a revitalizar el poder militar con un mejor presupuesto para armamento, porque, a su entender, “las palabras del Presidente necesitan ser respaldadas por la mayor fuerza militar del mundo”, ya que, argumentó, “la debilidad invita a la guerra, mientras que la fortaleza fomenta la paz”.
Bush afirmó que es independiente de su padre, George H. W. Bush, y a su hermano, George W. Bush, pero el tufo represivo no hay quien se lo quite a esa triada, en tanto quienes lo quieren lanzar a la presidencia están preocupados, debido a que no se recaba el suficiente apoyo monetario de los donantes antes de que los primeros votos sean emitidos en Iowa.
¿Qué podrían esos republicanos influyentes pensar en Bush? Ha sido a veces crítica la opinión de sus colegas, después de haber cuestionado el partidismo del Partido Republicano y la falta de tolerancia hacia puntos de vista disidentes. También ha replanteado posiciones políticas consideradas moderadas en algunas cuestiones, en particular la inmigración y la reforma educativa.
Lo real es que Bush está en el molde de los “duros” Mitt Romney y John McCain, quienes en su momento fueron acusados de ser demasiado moderados. pero ganaron la nominación de su partido.
Y para conocer la “honorabilidad” del hermanísimo de George W., recordemos que era gobernador del estado de la Florida, cuando allí ocurrió el “pucherazo” que eliminó al más votado, el demócrata  Al Gore, en la carrera presidencial norteamericana.
O sea, un gesto propio de esos tipos de hermanos, que fue aceptado por los demócratas y sintetizado por el expresidente William Clinton: “El pueblo estadounidense habló; solo no sabemos que dijo”.

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