ribbon

En la ONU con “espejo retrovisor”

25 de septiembre de 2019

|

 

El orden de los discursos en la Asamblea General de la ONU es un cumplido muy formal. Primero habla Donald Trump, el anfitrión que se da el lujo de no asistir a algunas reuniones en este mismo período, o de acudir escurridizo para mostrarse ante la prensa haciendo su entrada en el recinto.
El mismo que saca a su país del Acuerdo sobre Cambio Climático aprobado por la ONU y tema inicial de la actual Asamblea General.
En segundo lugar, Jair Bolsonaro, mandatario brasileño, que subió al estrado a vomitar insultos contra países y gobiernos dignos de América Latina.
La fría sala parecía tener un espejo retrovisor donde ambos —el original y la copia, el Trump verdadero y el Trump del trópico— hacían los mismos movimientos escénicos y ambos se aferraban en olvidar, por ejemplo Bolsonaro, el incendio en la Amazonía, la muerte la víspera de una niña por un disparo de la policía en una favela de Río de Janeiro, la crisis de salud que enfrenta su país luego que él arremetiera contra los médicos cubanos que salvaban miles de vidas, o el descrédito internacional y local de su mandato.
Uno de los mayores disparates de Bolsonaro fue cuando afirmó:
«Somos uno de los países que más protege su medio ambiente. Es falso decir que el Amazonas es patrimonio de la humanidad y decir que nuestro bosque es el pulmón del mundo no tiene sentido».
En el caso de Trump, fue rechazado hasta por una joven de 16 años, la sueca Greta Thunberg, quien denunció ante la ONU a los que no han cumplido sus promesas para mitigar los efectos del cambio climático. La que ha hecho viral su mirada de odio contra el mandatario estadounidense cuando este entró a lo que debiera ser un sagrado recinto en el que se busquen soluciones y se concreten planes para la paz y el desarrollo.
Trump fue a repetir las mismas cosas de siempre, las que presentan a un Estados Unidos modelo para la humanidad y al resto del mundo como apéndices de la cuna imperial.
Parece olvidar la grave crisis de credibilidad que afronta por estos días cuando el ex vicepresidente Joe Biden aseguró la víspera que pedirá al Congreso la destitución de Donald Trump si continúa obstruyendo las averiguaciones sobre los informes de que solicitó al presidente ucraniano que investigue al demócrata y a su hijo Huintger.
Según “The Washington Post”, Biden “aclarará que los últimos abusos de Trump están por encima de todos sus abusos anteriores”, dijo un asistente del aspirante demócrata a la presidencia.
Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que avanzan en su plan para evaluar la pertinencia de un juicio político contra Trump.
El propio “The Washington Post” indica que los representantes demócratas se están reuniendo en privado para afinar los detalles de la creación de un comité con el fin de realizar el proceso contra el mandatario.
Este martes Trump tuvo que conformarse con saber que su secretario de Comercio, Wilbur Ross, se quedó dormido durante el discurso del presidente ante la ONU.
Ross, de 81 años, tiene fama de quedarse dormido en muchas reuniones del Departamento de Comercio y también lo había hecho alguna que otra vez en público, pero hasta ahora las cámaras nunca le habían captado con los ojos cerrados en un momento de tan alto perfil como el discurso de Trump ante la Asamblea General de la ONU, refleja la prensa estadounidense.

Comentarios