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En el “paraíso de la libertad”

3 de diciembre de 2014

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Los checos siempre han hecho gala de su quehacer libertario, esmerado en la oposición al fascismo primero durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial, y al socialismo después, devenido en un antisovietismo en todas las facetas de la vida, como cuando presencié en mayo de 1972 en Praga aquellas violentas manifestaciones, tras vencer el equipo local de la entonces Checoslovaquia a la Unión Soviética por 4 a 2 en la final del Campeonato Mundial de Hockey sobre Hielo.
Pues bien, con la caída del Muro de Berlín y la disolución de la URSS, el campo socialista europeo se fue a bolina y los checos tuvieron la oportunidad de desprenderse también de los eslovacos y construir una república al estilo occidental, que ya tenía avances del anterior sistema, con industrialización, pleno empleo y seguridad social, además de que era coronada con una arquitectura espléndida, bellos paisajes y un pueblo educado.
Pero el ansia de “libertad” se convirtió en un verdadero libertinaje, en el que florecieron vicios de todos los colores, desde la virtualmente libre afición a la marihuana (nada de control como pretende hacer Uruguay), hasta la conversión en el paraíso de los laboratorios ilegales de metanfetaminas, denominada la “cocaína de los pobres”
El consumo de metanfetaminas o “speed” es relativamente bajo en Europa, pero la República Checa sobrepasa con creces al resto de sus países vecinos.
El año pasado el Centro de Control Europeo de Drogas y Adicciones (EMCDDA) se unió a la Europol para estudiar el consumo de metanfetaminas en Europa. Los datos que se conocen hasta ahora son provisionales, y no hay cifras de todos los países del continente, pero los resultados recopilados distan de ser ambiguos: de los 483 laboratorios de metanfetamina descubiertos en Europa, todos menos 26 estaban localizados en la República Checa, un pequeño país de 10,3 millones de habitantes.
Alemania, que tiene una población ocho veces mayor, ha declarado haber descubierto 11 laboratorios en el mismo periodo. El tercero en la lista es el vecino de los checos y antiguo socio, Eslovaquia, con cuatro laboratorios descubiertos, aunque se cree que la presencia de laboratorios y el consumo de este tipo de drogas, es mucho mayor.
La metanfetamina es un estimulante sintético que se puede producir en laboratorios caseros, y las autoridades creen que estos tipos de instalaciones van en aumento.
Nadie sabe cuántos laboratorios hay realmente. Llamada también “speed” o “meta”, la metanfetamina en la República Checa se conoce además popularmente como Pervitin, que fue la marca comercial de la droga cuando una farmacéutica alemana la empezó a fabricar legalmente antes de la Segunda Guerra Mundial. Los soldados nazis la utilizaron como estimulante durante la guerra.
Después de la contienda, comenzó a recetarse como remedio de numerosos males, “incluida la depresión, déficit de atención, alcoholismo, obesidad y anorexia”, según el estudio de Europol. Hacia la década de 1960, sin embargo, se empezaron a detectar entre sus consumidores efectos secundarios relacionados como la paranoia, alucinaciones y violencia, por lo que la droga se prohibió y dejó de comercializarse.
Nadie sabe a ciencia cierta por qué los checos parecen tener un apetito tan desproporcionado por la metanfetamina, que se ha convertido en una droga muy popular en los ambientes discotequeros.
Y es que, lamentablemente, muchos checos relacionan el derecho a consumir drogas con las libertades individuales básicas.
Sananim, una organización no gubernamental fundada en 1990, es una de las principales entidades checas para la rehabilitación de drogadictos, y en su página web dice que ofrece servicios de “prevención, tratamiento y resocialización”.
Martina Teminova, que preside el consejo ejecutivo de Sananim, asegura que le preocupa que las informaciones en torno al consumo de drogas puedan conducir a la sociedad a criminalizar a los adictos.
Pero si esto es en cuanto a las drogas ni que decir en los elevados parámetros de alcoholismo nunca visto antes en el anterior sistema socialista, a pesar de una ley seca impuesta en el 2012, luego de la muerte de 26 personas intoxicadas con alcohol adulterado.
El periodista Jindrich Sidlo expone que, en un país en el que las libertades a veces se transforman en imprudencias, puede que sea conveniente mantener parte de esta prohibición.
“Sin duda, dijo, se alzará más de una voz que afirme que ‘la prohibición no resuelve nada’, y seguro que escucharemos cientos de ejemplos de todo el mundo de cómo fracasaron los esfuerzos por restringir la disponibilidad del alcohol, cómo se eludieron las prohibiciones, cómo lo que se consiguió fue precisamente fomentar el mercado negro… “.
Pero lo cierto es que el “paraíso liberal” se va de las manos. No es un caso aislado, sino más bien la norma en la versión checa de “libertad”. Esta situación podría estar relacionada con otros aspectos específicos de la República Checa como, por ejemplo, la cantidad de casinos, sin rival en Europa, en los que cualquiera puede dilapidar su sueldo y sus beneficios sociales, confundiendo la libertad con libertinaje.

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