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En el lado oscuro de la Luna

11 de octubre de 2019

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El primer ministro de Portugal, Antoni Costa, subrayó que seguirá ejerciendo su política para disminuir el déficit fiscal, pero sin llegar a las políticas de austeridad siempre exigidas por quienes controlan el poder económico en la Unión Europea, a quienes no les importa el sufrimiento que ello causa a los más desfavorecidos.
La alta abstención históricade las más reciente elecciones fue provocada por la indolencia de muchos votantes que auguraban de antemano el resultadofinal y estaban deseosos de disfrutar de las playas de la nación, pero ello no fue obstáculo para una amplia victoria socialista, en la que Costa estuvo a punto de conseguir la mayoría para gobernar en solitario.
La debacle de las principales agrupaciones de derecha fue también algo apoteósico, independientemente de que, por primera vez, un integrante de un partido ultrarreaccionario estará presente en el Parlamento.
A su vez, Costa dependerá nuevamente de unpartido de izquierda para conseguir la mayoría parlamentaria, que le será fácil en grado general, al tener mayor respaldo que en la anterior legislatura, independientemente de algunos roces con otros entes progresistas.
Como ya hemos comentado en este sitio web, el Premier desafió disposiciones de quienes controlan la economía en la Unión Europea para lograr un buen éxito en esa esfera sinsacrificar los intereses del pueblo, algo que fue reconocido por anteriores detractores en la eurozona.
El giro económico también tuvo un efecto sorprendente en la psique colectiva de Portugal. Mientras que en Grecia se sigue percibiendo un ambiente de desaliento, tras una década de recortes al gasto, la recuperación de Portugal se basó en el restablecimiento de la confianza, en generar de nuevo motivación entre los ciudadanos y las empresas.
“El estímulo real al gasto fue muy pequeño”, explicó Joao Borges de Assuncao, profesor de la Escuela de Negocios y Economía de la Universidad Católica de Lisboa. “Sin embargo, el país cambió por completo de mentalidad y, desde una perspectiva económica, un cambio así es más trascendental que el cambio en la política en sí”.
De cualquier forma, con todo y su éxito, Portugal sigue en una posición vulnerable.
El crecimiento actual es menor que el 2,7% registrado el año pasado, pues Costa ha mantenido la inversión pública al nivel más bajo en 40 años para seguir reduciendo el déficit. En cuanto a los salarios, si bien los restableció al nivel que tenían antes, casi no se han movido con respecto a las cifras anteriores a la crisis. También persiste la precariedad social, agravada porque se han vuelto más comunes los contratos de medio tiempo. Y si bien el salario mínimo es más alto, sigue siendo uno de los más bajos de la eurozona.
Los sindicatos de Portugal han comenzado a amenazar con ir a la huelga para ejercer presión sobre el gobierno y lograr que aumente los salarios y libere más gasto público en un intento de reducir la desigualdad.
Costa insiste en que el gobierno no debe dejar de recortar el déficit para controlar la mayor amenaza que pende sobre Portugal: su enorme deuda, que todavía es una de las mayores de la eurozona. Los bancos portugueses tienen en sus carteras innumerables préstamos incobrables originados en la crisis anterior y el país todavía es vulnerable a trastornos del mercado financiero derivados de problemas en la cercana Italia
“No hemos pasado aún del lado oscuro de la Luna al lado iluminado. Todavía hay mucho por hacer”, alertó el Premier.

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