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El veto de Obama

23 de octubre de 2015

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El presidente de EE.UU., Barack Obama, acaba de vetar un presupuesto de Defensa para 2016 que incluye un aumento de fondos fuera de las disposiciones de gastos habituales, y que bloquea el cierre de la prisión de Guantánamo, según la agencia EFE.
Se trata de un intríngulis que es parte del concepto de gobierno de los Estados Unidos. Es un recurso que tiene el Presidente cuando considera que un proyecto, plan o presupuesto, no se aviene con los planes del ejecutivo, pero que no deja de ser “un estira y encoge” como parte del juego político entre republicanos y demócratas.
Leer el contenido de lo firmado por el mandatario puede hacernos presa de imaginaciones, no siempre correspondidas con la realidad.
La propia agencia española de prensa refiere que Obama eligió rodearse de cámaras y periodistas para firmar en su escritorio el veto que devuelve al Congreso la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) por no cumplir con las demandas de la Casa Blanca, pese a superar con mayoría las votaciones de la Cámara de Representantes y el Senado.
Los republicanos y alguno que otro demócrata conciben aumentar el gasto militar que actualmente es de 612 000 millones de dólares y, además, bloquear la propuesta del mandatario de cerrar la cárcel en la ilegal base de Guantánamo.
Este último aspecto tiene que ver con el deseo presidencial de trasladar los reclusos aun existentes en Guantánamo, llevando a algunos hacia otros países y trasladando a otros hacia cárceles en el propio territorio estadounidense.
Al respecto, un portavoz de la Casa Blanca dijo en rueda de prensa que Obama tiene el criterio de que los hombres y mujeres que sirven a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos se merecen un presupuesto responsable y adecuado, y no una solución a medias, como se pretendía.
No obstante, el republicano John Boehner cuestionó este viernes al mandatario a quien llamó a “poner a nuestras tropas primero, y dejarse de los juegos políticos”.
Los propios republicanos, que controlan ambas cámaras del Congreso abogan por un presupuesto de defensa que pueda mantener los fondos para el Pentágono sin que estos formen parte de la aprobación de un presupuesto integral.
En cuanto al tema del posible cierre de la cárcel en la base de Guantánamo, no puede olvidarse que Obama se propuso ese objetivo desde su campaña por la Casa Blanca y que, una tras otra, han sido las zancadillas republicanas y de mecanismos dentro del Pentágono y la CIA, los mayores obstáculos.
Vale recordar una investigación realizada por el senador suizo Dick Marty, quién confirmó al Consejo de Europa que la CIA había secuestrado a miles de personas a través del mundo, entre ellas varias decenas –posiblemente cientos– habían sido apresadas en territorio de la Unión Europea, y llevadas a cárceles secretas donde fueron torturadas brutalmente.
Después vino la avalancha de testimonios sobre los crímenes perpetrados en las cárceles de Guantánamo y de Baghram en Afganistán.
Ante el desprestigio sobre la forma de actuar de Washington, Obama se hizo abanderado del reclamo de prohibir la tortura en esas instalaciones carcelarias, a la vez que se proponía su cierre definitivo.
El planteamiento público del mandatario recibió la aprobación de la opinión pública internacional, suscitó una inmensa simpatía hacia el nuevo presidente y mejoró la imagen de Estados Unidos ante el mundo.
Hoy, sin embargo, cuando solo falta un año para que Obama deje la Casa Blanca, su propósito no ha sido logrado; la cárcel de la ilegal base de Guantánamo sigue abierta; no hay claridad en cuanto a la existencia de torturas en la misma; y hasta la aprobación o no de un presupuesto de defensa, conspira contra una posible solución del tema a corto plazo.

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