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El único que amenaza

3 de abril de 2019

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Estados Unidos se ha lanzado abiertamente a la carrera de armamentos, al abandonar el Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés), pretextando de que Rusia lo había violado, cuestión desmentida por Moscú, que retó al presidente Donald Trump que presentara pruebas, que no ha hecho.

Ya esto estaba siendo aplicado desde febrero último, pero ahora toma más relieve, al revelarse que Estados Unidos tiene emplazadas varias bombas atómicas en el centro de Europa, que serían utilizadas en una demente acción de disuasión, como si eso se pudiera controlar.

Esta violación de la política de disuasión estratégica provocada por los halcones del Pentágono, está basada en una doctrina nuclear que cataloga a Rusia como la mayor amenaza para Estados Unidos. Como parte de la nueva estrategia, los halcones pretenden impulsar el desarrollo de armas nucleares “más pequeñas” y más flexibles.

“Ahora, otros países también pueden comenzar a introducir modificaciones en sus doctrinas. La nueva doctrina nuclear de EE.UU. es un producto de los imperialistas americanos”, dijo Leonid Slutski, jefe del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma o Cámara de Diputados.

El diputado lamentó que Washington justifique la revisión de la doctrina por las amenazas exteriores, “especialmente de Rusia”, y calificó de gratuitas e infundadas las acusaciones de que Moscú no ha cumplido con sus obligaciones en desarme.

Se refería a que en la doctrina estadounidense se desglosan medidas para contrarrestar la supuesta violación por Rusia del INF. Precisamente, a finales de diciembre, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, arremetió contra EE. UU. por intentar salirse del  tratado suscrito en 1987 con Moscú.

El ex general Leonid Ivashov opinó que no han cambiado mucho los argumentos con los que Washington justifica el eventual uso de armas nucleares: “Siempre hemos sido el principal blanco de un posible ataque nuclear estadounidense y lo seguimos siendo”.

Ivashov, quien abogó por una mayor cooperación militar con China frente a Estados Unidos, criticó el plan de Trump de instalar nuevas armas nucleares tácticas en submarinos, al considerar que esto creará incertidumbre acerca de si el lanzamiento de un misil constituiría un ataque de alcance limitado o de gran magnitud.

Rusia señaló que los sistemas antimisiles en las instalaciones en tierra del sistema de defensa antimisiles Aegis estadounidense pueden ser fácilmente reemplazados por misiles de crucero de alcance medio, lo que sería una violación directa del tratado. Ello está en servicio en la ciudad de Deveselu, Rumania, además de que serán instalados próximamente en la base polaca de Redzikowo.

Además, a Rusia le preocupa la presencia de drones de combate de Estados Unidos, cuyo rango de operación es de 1 100 kilómetros. La aerodinámica, carga útil y características de estos vehículos lo hacen muy similares a los misiles de crucero.

Estados Unidos afirma que en Rusia fue probado un misil de crucero con base en tierra, el Novator 9M729, y que su alcance es de al menos 3 000 km. No obstante, la parte rusa en varias ocasiones ha reiterado que las acusaciones de  Washington no tienen fundamento, porque fue probado dentro del rango de distancia permitido por el tratado INF y de conformidad con sus términos.

Lo cierto es que el único país que amenaza es Estados Unidos, porque Rubia no lo ha hecho en ninguna circunstancia. En este sentido, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, ha aclarado que “Rusia jamás será la primera en desencadenar una carrera de armamentos y una espiral de tensiones”.

Al mismo tiempo, Riabkov ha indicado que “las fuerzas y medios de Rusia garantizan la seguridad del país, independientemente de los pasos adoptados por EE.UU. en el contexto de una posible retirada del tratado INF, que será efectiva dentro de poco menos de cinco meses.”

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