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El travieso Poroshenko

4 de diciembre de 2018

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Si no fuera porque sus actos pueden acarrear destrucción y muerte, moverían a risa los argumentos del presidente ucraniano, Petró Poroshenko para elevar las tensiones contra Rusia, como corresponde a su condición de enemigo de este pueblo, su odio visceral a Vladimir Putin y el servilismo a Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados nazis en el régimen que desgobierna a Ucrania.

Ha decretado la ley marcial en Ucrania, ante el temor de una “agresión” de Moscú, luego de que tres barcos de guerra ucranianos fueran apresados al violar las aguas territoriales rusas en el Mar Negro, como parte de la campaña occidental de protesta por el regreso de la península de Crimea a la Federación Rusa, debido a la voluntad de más del 90% de su población.

Lo real es que la provocación montada por Poroshenko fue organizada para tratar de asegurar su reelección, debido a que corre el peligro de no pasar a la segunda vuelta de los comicios y, por ello necesita hacer algo para agravar la situación y crear obstáculos insuperables a sus rivales de la oposición.

En cuanto al incidente marítimo, el presidente Vladimir Putin defendió la actuación de los guardias rusos que interceptaron a los barcos ucranianos. “¿Cómo debían actuar los guardias fronterizos? Las embarcaciones militares irrumpieron en las aguas territoriales de Rusia y no responden. No está claro qué es lo que van a hacer. ¿Cómo debían actuar? Si hubiesen actuado de otra manera, habrían sido enjuiciados, ellos cumplieron su deber militar”, consideró.

En conversación telefónica Putin instó a la canciller alemana, Ángela Merkel, a persuadir a Kiev para que no dé más pasos irreflexivos, al tiempo que advirtió que toda la responsabilidad por lo ocurrido y los riesgos que conlleva recaen en las autoridades ucranianas.

Como ya algunos conocen, el Servicio Federal de Seguridad ruso informó que el 25 último tres buques de la Marina de Guerra ucraniana fueron detenidos por realizar maniobras peligrosas y no obedecer a los llamados de los guardacostas en el Mar Negro de Rusia.

Un día después, Ucrania promulgó la ley marcial durante 30 días, bajo el argumento del presidente ucraniano, Petró Poroshenko, de una agresión militar de Rusia.

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, criticó los llamamientos de Washington a no aliviar las sanciones a Rusia en relación con el incidente del Mar Negro, como muestra de la intervención estadounidense en el caso.

“Esto, por supuesto, refleja la intención de Washington de tolerar todas las acciones del régimen de Kiev, incluso de incitarlo a actos de provocación. Es muy lamentable”, ha dicho Lavrov.

El jefe de la Diplomacia rusa ha reiterado además que hay demasiados hechos que apuntan a que Washington y algunos países europeos están dispuestos a plegarse a cualquier “capricho” de Kiev.

Lavrov ha hecho estas consideraciones después de que el enviado estadounidense para Ucrania, Kurt Volker, manifestara el interés de Washington en que sus aliados europeos consideren seriamente la posibilidad de ampliar las sanciones a Rusia por el incidente del estrecho de Kerch.

“Me gustaría mucho que el enviado estadounidense para Ucrania, Volker, desempeñe su papel como representante que pretende lograr una solución entre las partes en conflicto, ante todo entre Kiev y Donetsk y Lugansk”, ha añadido el Ministro.

Lo interesante de todo esto e que ello ocurre después de que Rusia expusiera la corrupción del círculo empresarial ucraniano vinculado a Poroshenko, implicado en el tráfico de armas y desfalcos, en un momento en que las autoridades ucranianas no pueden resolver los problemas elementales de la mayor parte de la población, que vive en la pobreza.

El país fue virtualmente intervenido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando colapsó la industria, por lo que millones de ucranianos se vieron obligados a trabajar en el extranjero y la mayoría de los que se quedaron reciben salarios miserables y con grandes retrasos.

A mediados del mes pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó que la corrupción frenaba el crecimiento económico de Ucrania en un 2% anual.

Recientemente, en la reunión de los Consejos de Seguridad de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) se constataron los problemas graves de poliomielitis, tuberculosis, difteria y el sarampión en Ucrania.

Fundada en 1991, la CEI aglutina a Azerbaiyán, Armenia, Bielorrusia, Kirguistán, Kazajistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Ucrania.

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