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El templo de la mentira

16 de agosto de 2018

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Siempre oí decir aquella afirmación de que tal cosa es “una verdad como un templo”.
En una ocasión, en un Congreso de Periodistas en Panamá, un debate bastante acalorado ocupó un buen tiempo de la agenda del cónclave. Se trataba de opiniones encontradas respecto a la lucha por un modelo mediático más cercano a los intereses gremiales y populares y más apartado del monopolio que ya entonces ejercían consorcios de medios de difusión —todos salidos de grandes intereses económicos— que siempre han puesto en desventaja a la todavía hoy incipiente prensa alternativa.
Comprendí en aquella oportunidad y con las posteriores lecciones de la vida, que también la “mentira tiene su templo”.
Y es precisamente ese el levantado por intereses monopólicos —políticos y económicos—, encargados de formar estados de opinión adversos a procesos democráticos y siempre bajo la tutela de quienes pagan desde los centros de poder, ya estén en Estados Unidos o en algún país europeo.
También se usan para venerar tal templo, a gobiernos e instituciones, en algunos casos de América Latina, que ponen territorios y recursos al servicio de blogueros mercenarios que cobran en dólares y apuestan por que la bandera imperial tenga más estrellas que la actual.
Y traje este tema al comentario por un despacho de la prensa internacional que informa este 15 de agosto, que expertos de varias partes del mundo han desestimado la ocurrencia de ataques sónicos en la embajada de los Estados Unidos en Cuba.
A los grandes medios occidentales —como se supone lógico— le ha resultado imposible siquiera investigar sobre las raíces del tema y su verdadera causa, que no es otra que la “justificación” de la administración Trump, para revertir ciertos avances que existían en las relaciones entre ambos países en los últimos dos años.
Había que inventar un “templo”, una gran mentira y luego acudir a la gran prensa al servicio del imperio para que llevaran al mundo una verdad que no lo es, e ignoraran una mentira que si lo es.
Este miércoles último las agencias divulgaron lo asegurado por 10 científicos que cuestionaron los resultados de un informe en el que se decía que “el personal de la embajada de Estados Unidos en La Habana, habían sufrido daños debido a misteriosos ataques sónicos”.
La agencia española EFE abunda al respecto: Neurólogos y médicos de países, como Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania, cuestionaron las conclusiones del informe en cuatro cartas publicadas este miércoles por la revista “Journal of the American Medical Association” (JAMA), empleada por la Asociación Médica Estadounidense para divulgar sus descubrimientos.
Incluso, uno de los científicos que impugnan el informe es el sociólogo estadounidense Robert Bartholomew, quien atribuye los síntomas que sufrieron los diplomáticos a un fenómeno de “histeria colectiva”.
Vale recordar que, aunque el gobierno estadounidense ha dicho no tener prueba de la supuesta causa de la enfermedad de los diplomáticos, decidió la salida de un 60% del personal de su embajada, lo que ha provocado grandes trastornos en el desenvolvimiento normal de la sede diplomática y paralizando la emisión de visados para cualquier ciudadano.
En enero pasado, cuando ya se había comenzado a levantar el templo de la mentira respecto a Cuba —uno más de esos templos—el más anticubano de todos los anticubanos, el senador Marco Rubio, había dicho que “es un hecho que 24 funcionarios del gobierno de Estados Unidos y sus cónyuges fueron víctimas de algún tipo de ataque sofisticado mientras estaban radicados en La Habana”.
Esa mentira de Rubio, repetida varias veces y amplificada por los grandes medios al servicio de Washington, fue uno de los ingredientes que contribuyeron al cimiento del último templo de la mentira, levantado contra Cuba.
Ya, en febrero del 2018, algunos medios dejaban ver la verdadera intención del gobierno de Trump. “Turistas en peligro por ataques sónicos en La Habana”, era la mentira más usada para desestimar el ascenso de ciudadanos estadounidenses y cubanos radicados en Estados Unidos, que estaban viajando a Cuba dentro de las categorías permitidas en medio de las restricciones del bloqueo y medidas adicionales.
Muchos ejemplos se pueden poner solo de los últimos años. Y vale decir también que en esta fabricación de mentiras respecto a Cuba, los gobiernos estadounidenses han tenido y tienen algunos aliados —mercenarios— que desde la Isla contribuyen en sus blog a levantar ese despreciable templo.

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