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El sin gobierno español

19 de julio de 2019

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Este lunes 22 la nueva legislatura española deberá votar acerca de respaldar la investidura de Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), sin que haya garantías de que pueda lograr la mayoría, porque, tras fracasar en su petición de abstención a entidades de derecha, sólo le quedaría el apoyo de la coalición de izquierda Unidas Podemos, con cuya dirigencia ha tenido varios encontronazos.

Tanto los programas del PSOE y Podemos son bastantes coincidentes, solo diferenciado por la actitud conciliadora de esta con los independentistas de Cataluña, lo cual hace que la realeza presione a Sánchez para que no acepte a algún que otro dirigente sugerido por la coalición que dirige Pablo Iglesias en cualquier estructura gubernamental.

A nuestro entender, Sánchez además de asumir una actitud hierática en relación a Podemos, cometió el error de acudir a la derecha primero, con el fin de no acudir a los independentistas.

Luego de que las masas hicieran ganar al PSOE los más recientes cómicos regulativos, dando abajo con el gobierno derechista del Partido Popular, las fuerzas ganadoras no se han puesto de acuerdo para gobernar en conjunto.

No es fácil la tarea, porque las fórmulas no se avienen unas con otras, y descubrimos que el denominado socialismo del Partido Socialista Obrero Español no es tal, por lo cual tiene que conciliar sus diversas tendencias socialdemócratas y avenirse con los grupos emergentes, como Podemos, el más indicado, por ostentar una política de izquierda consecuente, aunque algunos analistas consideran que está lastrado por su apoyo al separatismo de ciertas regiones, como Cataluña.

 

Antecedentes

La inconformidad con la austeridad y el capitalismo salvaje neoliberal fueron los principales puntos que encendieron la mecha española, pero no solo allí, sino en otras partes del denominado Viejo Continente, y que tiene sus antecedentes desde hace seis años.

Protestas contra la austeridad y los rescates bancarios se han desarrollado por toda Europa, aunque las manifestaciones españolas marcaron un importante punto de inflexión.

Lo que caracterizó a las protestas españolas, que devinieron en el castigo popular a la derecha, fue que al final intentaron crear un gobierno que resolviera los problemas, pero esto se hace difícil en un sistema que se dice democrático, pero que, al final se burla de todos, sin importar cuántos votos fueran arrojados a las urnas,.

De todas maneras, han quedado al desnudo las pocas diferencias entre los grandes partido tradicionales, por lo que ahora se debe contar con fuerzas emergentes que han llevado a actuar a la propia monarquía.

Y es que España, como gran parte de Europa, sigue lastrada por la crisis económica del 2008 incoada en Estados Unidos, que ha causado fracaso tras fracaso con rescates masivos que endeudan más, hace crecer el desempleo, así como impone medidas de austeridad y venta generalizada de valiosos recursos públicos.

De ahí la importancia de que sea electo un gobierno estable, y el PSOE tiene esa oportunidad, que pudiera ser cierta si se aviene con la izquierdista Unidas Podemos, dejando a un lado una actitud que a lo largo solo favorecería la celebración de nuevas elecciones y la oportunidad de la derecha para retornar al poder.

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