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El robo de la Deuda Externa

17 de septiembre de 2014

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El pretendido robo de los llamados justamente “fondos buitres” a la República Argentina -tras el cual se adivinan claramente intenciones de presión política sobre el gobierno de Cristina Fernández-, ha tenido la virtud de colocar nuevamente en primer plano de la actualidad el tema de la deuda externa de los países del Tercer Mundo y el afán de insaciable saqueo de sus acreedores.

Es oportuno recordar que en la década de los 80, Fidel Castro -desde Cuba-, lanzó la más intensa campaña de esclarecimiento y alerta sobre lo que la asfixiante deuda externa significaba y aun significa para el mundo subdesarrollado, extorsionado por abusivos intereses que convirtieron en eterna (que no externa) un compromiso sin fin como herramienta de los poderosos para el desgaste y la extorsión sobre sus víctimas.

El caso actual de Argentina, como se sabe, tiene matices sin precedentes, que lo convierten en extraordinario y a su vez indignante porque evidencian la utilización e interferencia por parte de los tribunales de un país extranjero -Estados Unidos-, para impedir el pago por parte de Argentina a los acreedores que aceptaron la retribución de la deuda y sus intereses (92,4 por ciento del total), hasta tanto no se satisfagan a los fondos especulativos restantes que se niegan a cobrar mientras no se haga según sus condicionamientos, al margen de las leyes argentinas y bajo el dictamen de un juez estadounidense.

Este caso  de los fondos buitres -como ya señalamos-, trajo nuevamente a la palestra el tema de la deuda externa y esta vez lo hizo de la manera más brutal, insólita y sin antecedentes ni remotamente parecidos. La forma inteligente en que el gobierno argentino lo ha conducido desde el principio motivó una verdadera conmoción en la comunidad internacional, en especial entre los países del Tercer Mundo que se ven reflejados en problemáticas y estafas similares, sobre todo si median motivaciones políticas.

La Asamblea General de la ONU, a petición del Grupo de los 77 más China, rechazó por primera vez el vacío legal que pretende acompañar a las reestructuraciones de deuda soberana, en una votación histórica comparable a algunas de las más trascendentes adoptadas por esa organización mundial.

Finalmente, las Naciones Unidas se pronunciaron por definir normas justas para la renegociación de la deuda y establecer un marco internacional y equitativo para todos, añadiendo que esperan tenerlo listo antes de fines de este año

La resolución aprobada la pasada semana por la Asamblea General contó con una fuerte mayoría de 124 votos a favor, 11 votos en contra entre los cuales, por supuesto, se contaba Estados Unidos, y 41 abstenciones.

Evidentemente, no solo la campaña antiargentina de los fondos buitres y su asociado el juez yanqui Thomas Griesa quedó universalmente aplastada sino que se logró un importante paso de avance para la humanidad, sentando las bases para el logro de una eventual normativa que ayude a limitar los abusos y extorsiones generados por la deuda externa.

Sobre la expresión de amplio consenso y unidad que fue logrado, el canciller argentino Hector Timerman sintetizó: “Después de más de 10 años, un grupo de países logramos convencer a las Naciones Unidas de que sí se podía tratar el tema de la deuda externa, dentro de la única organización multilateral en la cual todos los países están representados y tienen un solo voto y que ese es el lugar para tratarlo”.

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