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El primer aumento

1 de febrero de 2018

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Los argentinos recibieron en febrero su primer aumento, no de salarios, sino de las tarifas que pagan por transporte, luz y gas. Lo más grave es que en abril y junio nuevamente aumentarán los precios.

Esto explica las reiteradas marchas y manifestaciones de los sectores más pobres de la sociedad, aunque sea inexplicable para muchos el apoyo recibido por Mauricio Macri para ser mandatario y reafirmado después mediante voto popular.

Para tratar de entender este complejo escenario acudo a las páginas de los diarios argentinos. Página 12, explica que el boleto más caro de colectivo, es decir, la guagua, aumentará en casi un 36 por ciento, mientras que subió casi en un 30 por ciento las tarifas de luz.

Tanto en abril como en junio, los pasajes de los colectivos, trenes y el metro volverán a aumentar, precisa. En el caso de los ómnibus, el boleto más caro llegará a los 11,75 pesos y el más barato pasará a costar 10.

De acuerdo con el cálculo difundido por el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, quienes consumen entre 0 y 150 kilovatios pasarán a abonar 45 pesos más en febrero.

Por su parte, las empresas de medicina aplicarán un aumento del 4 por ciento en los valores de sus cuotas. Durante 2017, habían subido  sus tarifas un 31,3 por ciento en cinco tramos de aumento.

En las redes sociales las quejas se multiplicaron contra el Gobierno por los aumentos tarifarios, que no impidieron los cortes de la energía, y de las empresas que no responden a los reclamos de los usuarios.

En los últimos días de enero hubo más de 130 mil cortes de luz en la capital, mientras que dos grandes empresas de electricidad, Edenor y Edesur, registraban unos 40 mil usuarios con los servicios cortados.

Esta dura realidad no es nueva, en abril de 2017 y con relación a otro producto que sube de tarifazo en tarifazo, un fiscal solicitaba que se investigara si el aumento de los precios del gas, que venían sufriendo los argentinos desde 2016 beneficiaba a empresarios cercanos al actual gobierno.

Macri y Aranguren fueron investigados entonces por una serie de notas periodísticas que denunciaban a empresarios amigos del Presidente. Luego de meses de litigio y al mejor estilo de Macri, su ministro de Energía dio como respuesta otro aumento de luz, agua y gas,

Paralelamente el gobierno, busca la normalización del sector eléctrico  y transfirió más de dos mil millones de pesos a las empresas de energía para “que pudieran poner sus cuentas en orden”, sin hablar que semanas antes le habían condonado una multimillonaria deuda.

Macri caracterizó la situación actual precisando que el capital político logrado en las elecciones lo usa para “empujar las reformas. Yo estoy para pagar costos. Me toca ser antipático, no me gusta, pero es lo que la Argentina necesita”.

Cierto que los tarifazos iniciados desde los primeros días de su mandato afectan la popularidad del mandatario, que va cuesta abajo (y no es un tango), pero mucho más pierde la población que ve el aumento de los precios, pero no el de sus salarios.

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