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El polvorin sirio a punto de estallar

22 de junio de 2017

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Varias son las regiones del planeta donde posiblemente se esté jugando hoy el destino de la humanidad, teniendo en cuenta el carácter de las confrontaciones bélicas, las amenazas persistentes y el potencial militar de muchos de sus principales actores, algunos en posesión de armas nucleares y de cohetería de diversos alcances.

El derribo de un avión de la fuerza aérea siria que operaba contra bases del Estado Islámico dentro de la provincia de Rakka –bastión de los terroristas al noreste del país árabe– por parte de un caza estadounidense que violó ostensiblemente las fronteras de Siria y se introdujo de manera ilegal en su espacio aéreo, ha complicado repentinamente una situación delicada y en apariencia confusa.

Si se tienen en cuenta las intenciones declaradas del gobierno de los Estados Unidos en el sentido de que procura el derrocamiento a cualquier precio del presidente Bachar Al Assadestas incursiones de la aviación estadounidense y de las tropas especiales yanquis en territorio sirio no dejan lugar a dudas de que son pasos agresivos que buscan crear condiciones para el logro de ese propósito deliberado y nada secreto.

Sirviéndose del pretexto falso a todas luces de combatir el terrorismo del Estado Islámico, la coalición encabezada por Estados Unidos extiende sus operaciones desde Irak y otros territorios vecinos, como si estuviera tanteando las reacciones consecuentes con esos actos.

Según el llamado Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, es ya un hecho evidente la participación de las fuerzas especiales de Estados Unidos, (SOFC) junto a los kurdos-sirios integrados en la titulada “fuerza democrática”, que han llegado a atacar directamente al ejército regular sirio en esa misma región de Rakka, donde los terroristas tratan de sostenerse frente a la ofensiva gubernamental que los ha golpeado duramente en semanas recientes.

Bien sospechosa es, por tanto, la actuación de las fuerzas militares estadounidenses y de sus socios en la aventura, otros quienes en lugar de concentrar sus esfuerzos contra el Estado Islámico y otros grupos –en coordinación con las fuerzas sirias y rusas–, practican este tipo de agresión y actúan en favor de los mismos terroristas que dicen combatir.

Tales “coincidencias” no pueden si no despedir un penetrante mal olor y ello ha motivado una declaración del Ministerio de Defensa ruso que debe ser considerada –a nuestro juicio en toda su seriedad y dramatismo.

Según las agencias cablegráficas, esta advertencia expresa que “los aviones y drones de la coalición internacional localizados al este del Éufrates serán seguidos por los instrumentos aéreos y terrestres de defensa antiaérea rusa y considerados como blancos…”Añade que la parte rusa nunca fue avisada previamente que este ataque contra la aviación siria iba a tener lugar.

Cuando decimos que el polvorín sirio puede tener aun mayores estallidos y de consecuencias imprevisibles nos referimos a sucesos de esta naturaleza, que el carácter irresponsable y aventurero de las autoridades estadounidenses –en cualquier lugar del mundo– parece intencionadamente no evitar.

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