ribbon

El otro cerco a China

25 de mayo de 2016

|

 

Estados Unidos ha sembrado más de 700 bases militares fuera de sus fronteras, en su constante afán de dominar al mundo, aunque para ello lo ponga en peligro de una conflagración nuclear.
No soloes el afán de cercar a Rusia, que ya responde al reto, ni proteger a su socio israelí repleto de armas nucleares y dispuesto a desaparecer todo vestigio de vida en la zona medioriental; sino mantener un estrecho apogeo bélico sobre China, nación que responde con mesura de manera defensiva, sin que su presupuesto se hinche excesivamente al respecto.
La cuestión que preocupa al establishment en Estados Unidos es el cada vez mayor y ancho cinturón económico que respalda a la nación asiática, la cual, al jugar las cartas del capitalismo para mantener un consecuente crecimiento, tiene ante sí otro peligro además del militar, ya representado por la presencia estadounidense en los mares circundantes, la baza que juega con Taiwán y las bases militares en Japón y Corea del Sur.
Este es el caminante y bastante avanzado Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP), que el presidente Barack Obama manejó nuevamente en la actual gira que lo llevó a la reunión del Grupo de los Siete Países Más Desarrollados, todos capitalistas, en Japón.
Precisamente, hace un año este mayo, el secretario norteamericano de Defensa, Ashton Carter, declaró que la firma del TPP es más importante que enviar otroportaaviones al Este de Asia, aunque, por supuesto, no explicó que ello demuestra la capacidad de Estados Unidos de proseguir la política que emprendió luego de la Segunda Guerra Mundial: permear otras economías de una manera que alinea estructuralmente los intereses de sus clases dominantes con los de la hegemonía estadounidense.
De una forma u otra, los países que tienen que ver con el TPP recibirán la presión norteamericana para que liberalicen aún más sus economías, y todos conocen que está relacionado con China, convirtiéndole en uno de los acuerdos comerciales más geopolíticamente orientados de todos los tiempos.
Según Sean Starss, profesor de la City University de Hong Kong, Estados Unidos tratan de establecer un poder estructural, el cual tiene la capacidad de establecer las normas del sistema, de modo que otros tengan pocas alternativas aparte de ajustarse. Ello explica el porqué está siendo excluida de las negociaciones del TPP para que no pueda alterar las reglas.
Los artífices del TPP están estructurando el acuerdo para que sirva a sus propios intereses: protección de los derechos de propiedad intelectual y arbitraje de inversionistas facilitanla continuación de las mayores de las mayores corporaciones del mundo, que siguen siendo europeas, japonesas y, sobre todo, estadounidenses.
Para comprender que intereses se están sirviendo hay que notar que los representantes comerciales de EE.UU. van acompañados de más de 600 “asesores corporativos” a las negociaciones que están envueltas en el secreto. Por supuesto, no hay asesor laboral alguno.
Tal como la araña teje su tela, Estados Unidos avanza en su plan de cercar económicamente a China, con un tratado que debe de abarcar a más de una docena de países, y al que otras naciones tratan de sumarse, sin que sus pueblos estén realmente informados de sus consecuencias. Esto requerirá un estudio aún más profundo, y extenso.

Comentarios