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El odio sustituye a la razón

8 de febrero de 2017

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Irán ha respondido con sanciones a individuos y empresas norteamericanas a las desmotivadas y absurdas de Estados Unidos por una presunta violación de Teherán al acuerdo nuclear entre la nación persa y cuatro naciones occidentales más Rusia, pero lo cierto es que el actual gobierno de Donald Trump ya tenía en la mirilla el convenio y no quiere disgustar a su principal aliado en el Medio Oriente…, y en el mundo, ¿por qué no?, Israel.

Un mar de odio han creado el imperialismo norteamericano y el sionismo contra Irán, de tal manera que están a punto de hacer perecer el acuerdo que normalizaban la situación en general, teniendo como punto importante asegurar que la nación persa abandone la posibilidad de fabricar armas u ojivas nucleares acambio del levantamiento de sanciones.

El convenio levantó ronchas en Israel, que arremetió contra la aquiescencia del anterior mandatario norteamericano, Barack Obama, por lo cual Tel Aviv, subrayo, no ha estado ausente de la actitud del flamante presidente, Donald Trump, de “castigar” pruebas de misiles convencionales, con la imposición de nuevas sanciones, aunque no violara el acuerdo.

Hasta este momento, no solo no se han levantado las sanciones, sino que persiste la amenaza imperialista de atacar simultáneamente 10 000 objetivos de Irán

Se hace necesario recordar que en el documento suscrito se establece queIrán no producirá uranio altamente enriquecido durante los próximos 15 años, se deshará del 98% del material nuclear que posee y eliminará 2/3 de las centrifugadoras que tiene instaladas, todo lo cual puede ser verificado por la Organización Internacional de Energía Atómica.

El acuerdo señala que las sanciones impuestas a Irán por Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas (ONU) serán levantadas si Irán acepta reducciones a largo plazo de su programa nuclear, que Occidente tenía sospechas que su objetivo era fabricar una bomba atómica.

El acuerdo se tradujo en una gran victoria tanto para el presidente Obama como para su homólogo iraní, Hassan Rouhani, quien fue electo hace dos años bajo el compromiso y promesa de reducir el aislamiento diplomático de su país, de 77 millones de habitantes.

Obama tuvo que vencer la resistencia interna de la mayoría republica y enfrentar las reticencias no solo del primer ministro israelí, sino también de Arabia Saudita y las otras satrapías árabes del Golfo, que tantas armas compran a Estados Unidos.

Washington“tiene que escuchar a nuestros aliados árabes sunitas, pero también no tenemos que caer en la trampa de dejarlos que culpen a Irán por todos los problemas”, dijo Obama, quien luego razonó:

“Incluso con tus enemigos, incluso con tus adversarios, yo creo que tienes que tener la capacidad de ponerte de vez en cuando en sus zapatos”

Pero Trump, con un legislativo conservador que lo respalda,enfiló sus armas contra Irán y comenzó a bailar al son de la música de Tel Aviv, al amenazar con una agresión de tal tipo que ya levantó protestas de parlamentarios demócratas, quienes acaban de exigir que se derogue la ley que faculta al Presidente a desatar, sin consultar al Congreso, una agresión nuclear.

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