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El mercado de las armas

23 de marzo de 2015

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Las contradicciones crecen. Mientras los hambrientos mueren durante la larga espera de alimentos y medicinas; el negocio de la venta de armas crece vertiginosamente y constituye sostén para economías de países desarrollados.
El mercado de las armas, más que mercado es un gran negocio no importan las consecuencias dramáticas para pueblos y países hacia donde van dirigidos esos armamentos en forma de guerra.
Un reciente informe del Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (Sipri), pone al descubierto cómo, desde dónde y hacia dónde, se practica el comercio de armamentos.
Hay datos más que peligrosos, como el que las ventas de armas a los estados del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar crecieron 71 por ciento entre los quinquenios de 2005-2009 y 2010-14, que representan 54 por ciento de las importaciones en Medio Oriente en el segundo período.
Arabia Saudita se transformó en el segundo mayor importador mundial de armas en 2010-2014, al aumentar el volumen de sus operaciones cuatro veces en comparación con el quinquenio anterior, señala un despacho de la agencia IPS.
Recordemos que estos estados del Golfo son de los mayores productores y exportadores de petróleo; con las mas grandes reservas de divisas y por tanto de los menos afectados por la baja del precio del crudo en el mercado internacional.
Hace algunos años han comenzado a formar parte de los que más dinero invierten en la adquisición de armamentos, con compras por miles de millones de dólares al Complejo Militar Industrial de los Estados Unidos.
Se argumenta en el informe del Sipri que los conflictos armados que se libran en Iraq, Libia, Siria y Yemen incrementaron la venta de armas en Medio Oriente.
Se considera que varios estados del Golfo son importantes proveedores de armas, en su mayoría de forma extraoficial y clandestina de las facciones en conflicto en Iraq, Libia, Siria y Yemen.
Pieter Wezeman, investigador del programa de Armas y Gasto Militar del Sipri, dijo que esos estados expandieron y modernizaron rápidamente a sus fuerzas armadas, principalmente con armas procedentes de Estados Unidos y Europa.
Según los datos del Instituto citado, aproximadamente el 75 por ciento de los países importaron armas convencionales en 2010-2014, de las cuales cerca de la mitad fueron adquiridas por apenas 10 naciones, refleja IPS.
De los 10 principales importadores de grandes sistemas de armas en el último quinquenio, cinco son de Asia: India, con el 15 por ciento de las importaciones mundiales; China, con un cinco por ciento; Pakistán, con el cuatro por ciento; Corea del Sur, un tres por ciento, y Singapur, el tres por ciento, equivalente al 30% del volumen total de importaciones de armamentos.
“Hace mucho tiempo que Estados Unidos considera las exportaciones de armas como una política exterior importante y una herramienta de seguridad, pero en los últimos años, las exportaciones son cada vez más necesarias para ayudar a la industria de armas estadounidense a mantener los niveles de producción”, precisó Aude Fleurant, directora del programa de Armas y Gasto Militar del Sipri.
Mientras, en el planeta más de 1000 millones de seres humanos pasan hambre y la esperanza de vida en muchos países del Tercer Mundo no llega a ser la mitad de años que viven los ciudadanos de las naciones más desarrolladas.
Las cuantiosas armas matan y mutilan seres humanos; destruyen ciudades y pueblos; pero ninguna acaba con el hambre, la desnutrición y las enfermedades.

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