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El mensajito de Trump

22 de mayo de 2017

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Era 20 de mayo y el presidente norteamericano, Donald Trump, de visita por Arabia Saudita, firmaba junto al monarca saudí, un acuerdo por más de 100 000 millones de dólares en armamentos que Estados Unidos venderá a esa monarquía del Golfo.

Mientras, en Miami un cada vez más minúsculo grupito de nostálgicos cubano americanos que han vivido de la contrarrevolución, esperaban pronunciamientos del multimillonario presidente por el 115 aniversario de que Estados Unidos tronchara la independencia de Cuba e impusiera una aberrante Enmienda Platt para convertirnos en una neo colonia de la potencia imperial.

No obstante, Trump o sus asesores, redactaron un mensajito cargado de la misma retórica empleada por las anteriores 11 administraciones que han pasado por la Casa Blanca luego de la verdadera independencia cubana conquistada el primero de enero de 1959.

Con las mismas palabras de quienes redactaron mensajes iguales o parecidos en los últimos 50 años, Trump mencionó a nuestro apóstol José Martí, de quien solo dijo que “…se dedicó a hacer de Cuba una nación económicamente competitiva y políticamente autónoma”.

En ese párrafo de los pocos contenidos en el mensajito de Trump, se aprecia el vacío de conocimiento de la historia, incluida la de Estados Unidos, por cuanto Martí fue, ante todo, un patriota de pura estirpe cubana, un hombre comprometido con la independencia de su país y un verdadero antiimperialista, quien “conoció al monstruo porque vivió en sus entrañas”.

De igual forma, el mandatario y multimillonario Trump, destacó “las contribuciones sobresalientes de varias generaciones de cubanoamericanos a Estados Unidos”.

Aunque no aclaró ninguna de estas “contribuciones”, pienso que los asesores del magnate devenido en presidente, debieron explicarle que las únicas “contribuciones” de quienes han vivido de la contrarrevolución en ese país, fueron la aplastante derrota sufrida cuando una administración estadounidense los embarcó en la aventura de Girón, donde las fuerzas revolucionarias cubanas los derrotaron en solo 72 horas.

Otra gran contribución de quienes el mensajito de Trump califica como “generación de cubano americanos”, es haber aportado muchos de sus hombres a la empresa de terrorismo creada en Miami, de la que han salido personeros como Luis Posada Carriles y otros connotados asesinos.

Muy bien que valdría la pena que las administraciones norteamericanas tomen experiencia del fracaso de su aberrada política contra Cuba y opten por el diálogo como única forma para crecer en un mundo de paz como todos necesitamos.

Incluso, estoy seguro que muchos de nuestros verdaderos hijos estarían dispuestos a impartir clases de historia en el vecino país, para que se conozca en toda su dimensión la figura de José Martí y la verdadera lucha por la independencia cubana, primero contra la metrópolis española y luego contra el imperio que nos mantuvo como neo colonia.

Solo así se podría hablar de una historia que todavía tiene cuentas por saldar, pues Cuba reclama con toda su fuerza la devolución de la base naval instalada ilegalmente en Guantánamo, por obra de una Enmienda Platt aplicada sin consentimiento de nuestro pueblo; y la eliminación de un bloqueo económico y financiero que quiere rendirnos por hambre.

Cuando cesen estas formas de ignominia neocolonial, entonces es posible que los mandatarios de la nación del Norte estén en condiciones de aprender un poco de la historia de esta pequeña Isla y de la grandeza de su pueblo y de hombres como nuestro Héroe Nacional, José Martí.

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