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El más corrupto

5 de noviembre de 2018

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Sergio Moro se ha hecho famoso por supuestamente haber enfrentado a la corrupción en Brasil y utilizado el respaldo de la reacción nacional e internacional paraenviarinjustificadamente a la prisión a Luiz Inácio Lula da Silva, y así evitar que se convirtiera en el presidente de la nación suramericana.
Ser corrupto no es sólo por el robo de tal o más cual suma de dinero u ofrecer favores en este sentido, sino también por la traición a su país de origen para entregarlo de pies y manos atados a los intereses foráneo.
Es decir, raya en la traición haber actuado con motivaciones políticas a la hora de impartir justicia, y ser comprobadamente el hombre del imperialismonorteamericano para llevar a Brasil en el camino extremo del neoliberalismo, hoy con fuertes tintesfascistas, por la elección de Jair Bolsonaro, manejado tras bambalinas por los verdaderos conductores de la nación.
Años enteros estuvo Moro negando que fuera a ocupar un cargo público, pero ya había un guión elaborado para el que seráelMinistro de Justicia de Bolsonaro a partir del primero de enero del 2019, alegando que “la perspectiva de implementar una fuerte agenda anticorrupción y anticrimen organizado me llevaron a tomar esa decisión”.
Moro, magistrado de primera instancia en un tribunal de provincias en Curitiba, en el sur de Brasil, era casi desconocido., hasta que ganó cintillos de la prensa, al mandar a detener en el 2016 a Lula para llevarlo a declarar de forma forzosa ante un tribunal.En los próximos dos años, el juez se convirtió en el gran antagonista del ex jefe de Estado (2003-2010), considerado como el artífice del despegue económico de Brasil en la década pasada y elogiado por haber sacado a millones de personas de la pobreza.
Todos conocemos la sucesión de los hechos que llevaron a la condena por más de 12 años a Lula, allanado el camino para facilitar la ascensión de un fascista analfabeto al poder, cumplimentando paso a paso el plan imperial de dividir para vencer, y atraer a su férula a países que han ostentado gobiernos de carácter progresista,.
Un documento de WikiLeaks reveló que Morohabía participado en un curso con una delegación estadounidense en el 2009 llamado “Proyectos Puentes” que tenía como objetivo ir entrenando a una serie de autoridades brasileñas en temas como “investigación y castigo en los casos de lavado de dinero, incluyendo la cooperación formal e informal entre los países; confiscación de bienes, métodos para obtener pruebas, negociación de las delaciones, uso del examen como herramienta, y sugerencias sobre cómo lidiar con Organizaciones No Gubernamentales (ONG) sospechosas de ser usadas para el financiamiento ilícito.
Es claro que las intenciones era tener a Moro al tanto de la futura operación “Lava Jato” que se desencadenaría años después. Pero, la relación de Moro con el gobierno estadounidense es más profunda: en el 2007, el embajador norteamericano en Brasil, LiffordSobe, le consiguió a Moro una “beca” para pasar tres semanas en EE.UU., que incluía un programa de capacitación del Departamento de Estado.
Sobe, anteriormente un administrador socio y fundador de la Valor Capital Grupo en New York y Brasil, estaba muy bien conectado a círculos financieros involucrados con Wall Street y la City de Londres. Condoleezza Rice manejaba el Departamento Estado en ese momento bajo el presidente George W. Bush y, como sabemos, ella era una belicista y orgullosa de estar en guerras y derrocar gobiernos. Moro alaba las virtudes del Sistema de negociación y declaración de culpabilidad del FBI, que para Lava Jato es la pieza central de su modus operandi.
Usando arrestos previos al juicio para obtener acuerdos de culpabilidad y paso selectivo de insinuaciones e información extraída en esos acuerdos para ofrecerlas a los principales medios de comunicación, todos controlados por la derecha los principales medios de comunicación, se detectó el papel central del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y otros entes similares norteamericanos en la operación Lava Jato, los cuales utilizaron el pretexto de la corrupción extranjera en EE.UU., Ley de Práctica, que establece que cualquier empresa que emita bonos en el mercado norteamericano puede ser investigada o monitoreada.
Carlos Fernando dos Santos Lima, un miembro educado de la Universidad de Cordell,quien trabajó con Moro en la ciudad de Curitiba, alardeó ante Reuters en noviembre del 2014 que los fiscales brasileños habían estado coordinando “durante meses” con el Departamento de Justicia, la Comisión de Intercambio y el FBI dichos acontecimientos, los cuales fueron elaborados a menos de un mes después de que Dilma Rousseff fuera reelegida.Sin dudad, la operación Lava Jato, además del escándalo de corrupción política y económica que se está dando en varios países de América Latina, afecta la imagen institucional y democrática de los países implicados.
Así comenzó, más ben prosiguió profundamente la acción para sacar fuera de juego a todo lo que estorbara al imperialismo, ayudado por una prensa mediatizada que cegó a millones de personas mal preparadasideológicamente, con el fin der que viera blanco lo que era negro.
Sólo había que esperar unos comicios “democráticos”, manipulados mentalmente, más que por las máquinas electrónicas que no ofrecen garantías en el sistema brasileño, horadado por la falta de unidad de las fuerzas progresistas, con el fin de enfrentar el peligro preparado y ejecutado por corruptos como Sergio Moro.

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