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El entorno preelectoral de Trump

27 de enero de 2020

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Anthony Scaramucci fue el director de comunicaciones de la Casa Blanca hasta que el mandatario lo despidió. Por estos días de enero, sin embargo, estuvo por el Foro Económico de Davos, en Suiza donde ofreció una entrevista a Yahoo Finance.

Sobre el presidente Donald Trump dijo, entre otras cosas, que la economía estadounidense tiene «buenas noticias para el 10 % que se le ha subido su salario, pero la mala noticia para los salarios de clase media en Estados Unidos es que han bajado en los últimos años y que la brecha de ingresos se ha ampliado en los últimos tres años».

Una encuesta de noviembre pasado mostraba que un 56% de los consultados favorecía a que Trump podría sea reelegido. Sin embargo, Scaramucci es del criterio que los demócratas «tendrían una oportunidad de vencerlo si su candidato fuera el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, o el exvicepresidente, Joe Biden».

Aseguró que «Biden puede conectarse con el estadounidense promedio y volverlo más identificable», y en contraposición describió a Trump como «inestable y errático».

Al actual mandatario lo define como «anormal, actúa de forma anormal, dice cosas anormales, tuitea cosas anormales».

Le suma atributos como el de «intimidar a ciudadanos individuales». Su «retórica belicosa resulta impactante para un presidente», dijo.

En ese entorno, todo gira en relación con el juicio político contra el gobernante, que esta semana puede terminar sin ser juzgado por el componente de mayoría republicana que tiene el Senado.

Una de las últimas pruebas contra Trump fue la grabación entregada a los investigadores del Congreso, donde el mandatario afirma que «hay que deshacerse de la embajadora de Estados Unidos en Ucrania».

Lev Parnas, el empresario muy amigo del abogado personal del presidente Donald Trump, Rudy Giuliani, se encuentra en el centro de la investigación de juicio político, y declaró en una entrevista con CNN que «los esfuerzos del presidente en Ucrania fueron con miras a la posible reelección en 2020, y no sobre el interés de Estados Unidos».

Parnas, un empresario de Florida, nacido en Ucrania y nacionalizado estadounidense, fue una pieza clave en la campaña de presión al gobierno ucraniano de Volodímir Zelenski, dirigida por Giuliani, para que buscara «trapos sucios» a Joe Biden, candidato demócrata, que según las encuestas ganaría a Trump en los comicios de noviembre próximo.

Parnas, arrestado desde el 9 de octubre pasado, acusado de financiación ilegal de campaña, ahora ha roto totalmente con la Casa Blanca y se convierte en pieza clave del juicio al mandatario, asegurando por primera vez que el Trump conocía perfectamente la labor realizada para él en Ucrania.

Ahora, con la grabación entregada al Congreso, Parnas ha desenmascarado a un Trump convencido de que no será juzgado y mucho menos apartado de la presidencia.

La historia que ahora se conoce es la siguiente, según la AP: Lev Parnas, asistió a una pequeña cena con el gobernante en su hotel en Washington en abril de 2018.

En la grabación de ese encuentro se escucha al mandatario: «El mayor problema allá, creo que donde necesitamos empezar, es que tenemos que deshacernos de la embajadora».

Posteriormente se escucha a Parnas: «Prácticamente ella anda por allí diciéndole a todo el mundo: ¡Aguarden!, él va a ser sometido a un juicio político. Solo esperen».

Y remata la grabación con la decisión de Trump: «¡Desháganse de ella! Sáquenla mañana. No me importa. Sáquenla mañana. Sáquenla. ¿OK? Háganlo».

Ese es Estados Unidos y el entorno preelectoral del presidente Donald Trump. ¿Lo juzgarán en el actual proceso? ¿Lo apartarán de su cargo de presidente? A ambas preguntas me atrevo a responder que NO. Y si me inquieren entonces, ¿con toda esta suciedad encima podría Trump ser reelecto en noviembre?, me atrevería a decir que SÍ. ¡Ojalá me equivoque…!

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