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El diablo como crítico

28 de abril de 2015

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Las Vegas, sitio privilegiado por el juego y las apuestas, fue el lugar escogido por el ex presidente norteamericano, George W. Bush, para arremeter contra el actual mandatario, Barack Obama, por las conversaciones aun sin concluir sobre el tema nuclear iraní.
Tener al diablo como crítico debe resultar para Obama, cuestión de risa y hasta de alegría, por cuanto su antecesor ha pasado a la historia de Estados Unidos como uno de los más fallidos ocupantes de la Casa Blanca y creador de la llamada “cruzada contra el terrorismo”, que ha llenado de terrorismo y terroristas a una buena parte del planeta Tierra.
Resulta simpático e irónico a la vez, que Bush hablara en Las Vegas nada menos que a donantes judíos, esos que viven en tierra norteamericana y amasan grandes sumas de dólares y hasta deciden  muchas veces en política interior y exterior de ese país.
El diario The Washington Post publica que el ex presidente dijo que Estados Unidos no debería levantar las sanciones contra Irán hasta que este país desmantele su programa nuclear, y dejó entrever sus reservas sobre el acuerdo preliminar alcanzado entre las potencias del G5+1 y Teherán en Lausana (Suiza).
Pero la cita en Las Vegas también permitió a Bush hacer gala de su arrogancia. Al respecto calificó como “error estratégico” la retirada de las tropas estadounidenses de Irak, las que habían sido enviadas por él.
Fue Bush quien inventó supuestos arsenales nucleares en Irak para ordenar la invasión y ocupación de esa nación árabe, acción que ha causado según fuentes confiables, más de un millón de muertos, decenas de miles de mutilados y una buena cantidad de personas aun con afectaciones por el uranio empobrecido que revestía a bombas y cohetes lanzados por la aviación yanqui en esa nación árabe.
Igualmente ordenó la invasión y ocupación de Afganistán con un saldo similar al iraquí y también fue el inventor de las cárceles secretas y los vuelos clandestinos cargados de personas con facciones árabes que finalmente eran llevadas hasta la ilegal base de Guantánamo y allí torturados con las más refinadas y crueles formas de hacer sufrir a seres humanos, cuyo delito era ser árabe o aparentarlo.
El hecho de que Barak Obama haya retirado sus tropas de combate de Iraq y prometido hacer otro tanto en Afganistán, no puede ser bien recibido por Bush.
En un auditorio como el de adinerados judíos, nada de extraño tiene ahora la arremetida de Bush contra Obama, por cuanto los judíos forman parte de un gran lobby extremista que apuesta por una política exterior norteamericana lo más alineada posible con las posiciones sionistas de Israel.
Que el diablo critique a Obama por los acuerdos sobre el programa nuclear iraní llenó de aplausos la sala de Las Vegas. También el exmandatario se estaba acordando de su época en la Casa Blanca y su total identificación con las políticas más extremas, las invasiones, bombardeos, ocupaciones de países, algo aun no resuelto por la administración Obama, pero al menos considerado en su discurso público.

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