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El continente negro no ha dejado de ser blanco…

8 de agosto de 2014

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No nos llamemos a engaño: la fortalecida presencia militar norteamericana en el Lejano Oriente, zonas del Medio Oriente y las cercanías de Rusia no ha dejado de ningún modo a África como un objetivo de segunda mano.
La reunión de estos días entre Estados Unidos y representaciones del denominado continente negro ha tenido como siempre la propaganda acerca de la posible “ayuda” estadounidense a las naciones más pobres, apoyo que siempre costará muy caro, porque conlleva generalmente pérdida de la soberanía, franquicia a tropas estadounidenses que dicen combatir el terrorismo, y la posibilidad de establecer una cuña para sabotear la mayor, equilibrada, ventajosa e incondicional inversión china.
Lo cierto es que Estados Unidos -o aquéllos que por su propia conveniencia trabajan debajo de su bandera – va invadiendo al continente africano por medio de una presencia importante militar, con un propósito tan taimado como el de los diferentes imperios que colonizaron África.
No es una cuestión de ahora, aunque son visibles sus intervenciones aéreas actuales en Somalia, en el avituallamiento y ayuda logística a las tropas francesas que se despliegan en el centro de la región; en el financiamiento a las bandas de malhechores que deshacen Libia, etcétera.
La cuestión comenzó oficialmente en el 2002, con los primeros pininos de lo que sería AFRICOM. Ese año, el entonces Secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, propuso la creación de una Fuerza de Reacción Rápida de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que los jefes de Defensa de la OTAN aprobaron en junio del 2003 en Bruselas, Bélgica, y que se inauguró en octubre del 2003.
Tres años después fue establecido un nuevo mandato unido por el continente africano, dirigido desde Europa, pero al servicio de Estados Unidos, por supuesto, interesado en extenderse en todas partes del mundo y lograr la hegemonía militar, política y económica en los hemisferios norte y sur.
Antes de la inauguración oficial del AFRICOM, analistas dijeron que debajo de las publicitadas pretensiones de Washington de devenir un socio de seguridad para las naciones africanas, existía un propósito geoestratégico siniestro.
En este contexto, un articulo de Reuters dio la razón para el aumento de la presencia militar norteamericana en Mali y Níger, por citar uno de tantos ejemplos:”…Las apuestas se elevan. Tenemos empresas además de aquellas que se dedican a la exploración del oro (Mali es el tercer productor más grande de África) que desean explorar petróleo en el norte de Mali … “.
El papel de AFRICOM en la región es el mismo que utiliza EE.UU. en otras partes: utilizar el pretexto de las insurrecciones para conseguir los recursos esenciales como el oro, las piedras preciosas, petróleo, gas natural y uranio.
Así, gracias a AFRICOM, Estados Unidos elevó su presencia militar, con vuelos de aviones sin piloto o drones sobre las Seychelles, utilizó estos para ataques con misiles contra rebeldes en Somalia, envió barcos de guerra a lo largo de la costa occidental y equipó militarmente a países como Mali.
Cualquier pretexto es válido para la intervención, como EE.UU. lo hizo contra Afganistán, e Iraq, con gran sufrimiento para la población civil, y sus ataques con drones contra Paquistán.
Incluso, ahora en Somalia, donde soldados norteamericanos perecieron hace años en una fallida intervención, EE.UU. mantiene elementos mercenarios, gracias a un contrato de seguridad con la corporación estadounidense CSS Global Inc. de Michigan.
En otras partes, empero, Washington ha ido sustituyendo con personal de sus fuerzas armadas a grupos mercenarios que hicieron atrocidades, durante sus servicios a diferentes empresas estadounidenses.
Ahora, la presencia naval estadounidense es abrumadora en el Golfo de Guinea. Una gran parte del petróleo esta frente a la costa de una región que está ubicada frente a las refinerías de la costa este norteamericana. Además, tiene reservas comprobadas en aguas profundas, que podrían ser extraída por con la tecnología que tiene disponible EE.UU. en el Golfo de México.
De ahí que el interés principal de AFRICOM esté en el Golfo de Guinea con sus enormes reservas de petróleo en Nigeria, Guinea Ecuatorial, Gabón, Angola y la República del Congo, complementada con las misiones del imperialismo en la denominada Trans-Sahel Contraterrorismo, que incluye Maruecos, Túnez y Argelia, en África del Norte, y las naciones con las fronteras con el Sahara, o sea Mauritania, Níger, Mali, Chad y Senegal.
Estados Unidos pretende con AFRICOM construir una docena de bases militares en Túnez, Marruecos, Argelia y otras naciones africanas, y establecer así poco a poco una red de esos enclaves en todo el continente, además de hacer los preparativos necesarios para que una flota de portaaviones pueda atracar en la región.
Como se puede apreciar, el llamado continente negro no ha dejado de ser blanco de las apetencias imperialistas.

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