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El alto costo del neoliberalismo

30 de marzo de 2020

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“La batalla contra la COVID-19 necesita de un arma que es indispensable que se llama solidaridad y empatía y el preocuparnos unos por los otros. Está en nuestra inteligencia y en nuestra capacidad de cooperar”, apuntó el titular de Salud.
Más allá de teorías y otras consideraciones las recetas neoliberales han demostrado y puesto en evidencia como nunca antes su entraña inhumana, criminal e injusta, con motivo de la actual pandemia de la Covid-19.

No olvidar que el dogma neoliberal dispone entre sus primeras medidas la destrucción de los programas sociales, entre ellos los servicios públicos de salud, y ello ha sucedido en todos los países en que se han implantado tales doctrinas engendradas por los llamados “Chicago boys”, del economista estadounidense Milton Freedman.

Al amparo de las bayonetas sangrientas de Pinochet, fue Chile el escenario escogido para poner en práctica por vez primera en América Latina las nefastas recetas neoliberales cuyo alto precio pagan hoy muchos países del mundo, incluidos de manera preferente Estados Unidos y Brasil, regidos por fanáticos neoliberales que están condenando a muerte a sus propios pueblos.

Si el imperialismo fue la fase superior del capitalismo a fines del siglo XIX y principios del XX, puede afirmarse que las postrimerías de este y los inicios del XXI presenciaron la llegada una nueva frase, las del neoliberalismo, como expresión del capitalismo más depredador y salvaje.

Ni siquiera países desarrollados en los que se supone un mayor avance científico y técnico han podido salarse del desastre epidemiológico desatado por la pandemia de la Covid-19.

Al parecer, fueron sorprendidos en pleno carnaval neoliberal y sus clases dominantes nunca imaginaron que el costo de una catástrofe como esta les tocaría a todos. Mientras tanto, iban disfrutando unos pocos de la aparente bonanza y de las engañosas cifras del crecimiento económico, a costa de los recortes y reajustes constantes de los programas sociales, según establece el credo neoliberal.

Ronald Reagan y Margaret Thatcher fueron sus apóstoles en la década de los 70 del pasado siglo y a ese credo se afiliaron otros seguidores, llenos de malsano entusiasmo contra los programas sociales, los derechos sindicales y aun contra la “democracia representativa” cuando esta era un obstáculo para la imposición de las recetas neoliberales.

La historia de la humanidad en los años recientes está repleta de estos ejemplos.

Entre los que hoy más sufren la pandemia de la Covid-19 pueden encontrarse algunos de los casos más sobresalientes, como el propio Chile, Brasil, Ecuador. Estados Unidos, Italia, España, Francia o Alemania, hundidos todos en el frustrado empeño de venderse como “vitrinas del neoliberalismo” y ahora atrapados en sus propias redes, tras haber destruido en buena medida los programas sociales en aras de la desigualdad y la injusticia.

Resulta arriesgado predecir aun las consecuencias económicas, políticas y sociales de esta crisis mundial, que seguramente irá más allá de la epidemiología, pero es posible afirma que -al costo de miles de víctimas-, para el capitalismo neoliberal ha sido un golpe demoledor hasta poner en duda su capacidad de recuperación.

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