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El abismo como meta

5 de mayo de 2020

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Viéndose atrás en la carrera electoral para reelegirsepresidente, Donald Trumpestá atacando en el plano internacional las relaciones con Rusia y China, acusando a éstas de estar preparando una agresión, justificando que Estados Unidos haya vuelto a impulsar la carreraarmamentística, duplicad el lanzamiento de misiles que pueden portar varias ojivas nucleares.
En este sentido, el Departamento de Estado argumentó que colocar las ojivas nucleares de baja potencia en misiles balísticos ubicados en submarinos ayudaría a contrarrestar nuevas amenazas potenciales de Rusia y China. Dijoque Moscú en particular está sopesando el uso de armas nucleares no estratégicas como una forma de coerción en un conflicto limitado: una afirmación que Rusia ha negado repetidamente.
Tal como publicó otro portal cubano, el Departamento de Estado subrayó que la nueva ojiva suplementaria “reduce el riesgo de guerra nuclear al reforzar la disuasión y la seguridad”, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia lo ve de otra manera.
Esto, realmente, no es nada nuevo, porque tal tipo de acciones están siendo desarrolladas desde febrero del pasado año, cuando antes de cancelaren agosto último el Tratado sobreMiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés), ya hacía lanzamientosde pruebadesde la base aérea de Vanderberg, en California, con un recorridode hasta 500 kilómetros.
A su vez, el portavoz presidencial ruso, DimitirPskov, declaró que Estados Unidos se ha estado preparando durante mucho tiempo para violar las disposiciones del tratado INF, y subrayó que lo anterior confirma que Washington preparaba su ruptura.
El acuerdo, firmado en 1987 por la entonces Unión Soviética y Estados Unidos con el objetivo de eliminar los misiles balísticos y de crucero con base en tierra con un alcance de entre 500 y 5500 kilómetros, tanto nucleares como convencionales, quedó oficialmente cancelado el pasado 2 de agosto a iniciativa de EE.UU. Ese día el Pentágono anunció que comenzaría a desarrollar ese tipo de misiles con ojivas convencionales que prohibía el Tratado INF.
Días después de su salida, EE.UU. probó un nuevo misil de crucero que voló más de 500 kilómetros. El Pentágono declaró entonces que se trataba de una versión modificada del Tomahawk de la Marina estadounidense y que estaba diseñado para llevar una carga convencional y no nuclear.
Moscú asegura que mantuvo abiertas las puertas para el diálogo hasta el último momento, pero que EE.UU. no aceptó sus propuestas y prosiguió con el proceso de retirada del Tratado INF.
En respuesta a estas acciones, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció que Moscú trabajará también con sistemas de misiles de alcance medio y corto, si bien no los desplegará antes de que lo haga Washington.
El Gobierno chino por su parte, calificó como “una actuación torpe” las declaraciones de Washington sobre las supuestas violaciones rusas del Tratado INF.
“La farsa de Estados Unidos sobre las infracciones del tratado por Rusia y la amenaza balística desde China no son más que una actuación torpe para engañar a otros”, dijo la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying.
Hua enfatizó que el objetivo real de Washington al abandonar los tratados sobre armas, es librarse de los impedimentos y desarrollar misiles para alcanzar la superioridad militar absoluta.
Ahora la confrontación sube de tono por la decisiónnorteamericana de colocar armas nucleares de potencia “limitada” en submarinos y cruceros, lo cual aumenta el peligro de confrontación y no el de disuasión, como pretendehacer creer Trump y sus halcones.
Y tofo esto ocurre cuando el mundo enfrenta una peligrosa pandemia de coronavirus, en la que Estados Unidos es el principal país infestado y con mayor número de víctimas mortales, en tanto Trump echa la culpa a un virus de procedencia china, para justificar sus graves errores al respecto.
Pero al mandatario esto le importa un bledo, porque busca golpes de efecto para lograr desde unaposición de fuerza la reelección que cada vez se le torna más difícil, empujando al planeta a una situación en la que el holocausto nuclear es algo posible.

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