ribbon

Ecuatorianos, estad alertas

24 de febrero de 2017

|

 

Sinceramente, esperaba el triunfo de Lenin Moreno en las elecciones presidenciales ecuatorianas, pero la algo confusa actuación del Colegio Nacional Electoral y el nada infalible tan seguro el sistema de conteo por computación coadyuvaron, a mi entender, a birlar los votos que hubieran hecho llegar al 40% al candidato de Alianza País, ya que tenía más de 10 puntos de ventaja sobre su más cercano contendiente, el derechista Gustavo Lasso.

Pienso que diez años de Revolución Ciudadana bajo la presidencia de Rafael Correa, y el propio desempeño de Moreno, primero como vicepresidente y luego cumplimentando exitosamente tareas que le valieron apoyo popular, tenía que ser más fuerte que cualquier campaña de la reacción, utilizando los mayores medios de información, tergiversando verdades, explotando la crisis económica producto de la caída de los precios del petróleo, y comprando voluntades.

A ello se le puede sumar que Alianza aceleró e intensificó su trabajo político desde hace un año, cuando emergió una oposición beligerante.

Como ocurriera en otros países sudamericanos, donde la reacción se impuso finalmente, la oposición impulsó una serie de movilizaciones, tomó la iniciativa y logró establecer ejes de convergencia fáctica para crear condiciones de desestabilización que obligó a Alianza País a tomar en un primer momento la posición defensiva, y luchar contra aquellos que estaban creando lasa condiciones para propiciar un golpe de Estado.

No lo pudieron lograr, y fue entonces que las fuerzas gubernamentales pasaron a la ofensiva con el arma de la verdad y la lucha contra la corrupción, revelando lazos de algunosdirigentes derechistas con los denominados paraísos fiscales, con el fin de no pagar impuestos.

Pese a que no se logró el triunfo pleno en primera vuelta, Alianza País volvió a ganar la mayoría legislativa y fue aprobada en referendola prohibición a los dirigentes públicos a tener dinero o invertir en los paraísos fiscales.

De ahí que ahora se impone la tarea de vigilar los resultados de esta segunda vuelta, que tendrá lugar el 2 de abril próximo.

Hay que apuntalar, con real transparencia, el cauce democrático que ha elegido la ciudadanía de Ecuador, el cual es la única vía para construir una posición dentro del poder del Estado.

Así, se podrán sostener las transformaciones que se han desplegado a lo largo de diez años, que los revolucionarios caracterizan como la década ganada.

Solo de esta manera se contendrán las pésimas intenciones de la derecha, de las élites económicas y, lamentablemente, de ciertos segmentos de una izquierda anquilosada en el pasado.

Por eso, para ser un valladar contra la marea neoliberal, es necesario el alerta de todoslos ecuatorianos.

Comentarios