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Ecos contradictorios de la Cumbre del G’20

4 de diciembre de 2018

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Tal como se esperaba, resultaron contradictorios los resultados patentes de la Cumbre del G-20 recién celebrada en Buenos Aires, Argentina, y no otra cosa podría esperarse de este tipo de encuentro efectuado en momentos tan convulsos, difíciles y de incertidumbre hacia el futuro, ante los cuales de ninguna manera escapan las veinte economías más importantes del mundo, según se proclaman sus propios participantes.

Para el tambaleante y endeudado régimen argentino de Mauricio Macri la Cumbre del G-20 se convertía en un episodio cada vez más decisivo de cara al escenario de su reelección –que buscará en los comicios del próximo año– y también de cara a buscar alguna forma de alivio o contrapartida respecto a los leoninos compromisos firmados con el FMI.

Lo cierto es que la globalización neoliberal del capitalismo salvaje no salió muy bien parada, pues el cuadro que presenta el sistema mundial capitalista no permite ser optimista y está lleno de dudas y multiplicidad de variantes, que niegan verdades absolutas de otros tiempos.

Alrededor de esas disyuntivas giró la Cumbre, de una manera u otra, y lo más concreto que apareció fue recomendar una reestructuración de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en aras de buscar una conciliación que, de antemano, cuenta con la oposición de la Administración Trump y su peculiar proteccionismo imperialista.

El presidente estadounidense aprovechó la ocasión para firmar el nuevo acuerdo comercial con México y Canadá (un TLCAN reformado) pero, por otra parte, no pudo evitar un evidente acercamiento de China y Rusia –que son sus declarados demonios– con la desesperada Argentina. Macri suscribió importantes acuerdos con ambas potencias buscando inyectar oxígeno a la debilitada economía del país austral, asfixiada por la deuda contraída y otros males, estremecida por vastas protestas sociales.

Coincidentemente con los acontecimientos de Buenos Aires, el nuevo presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, hacía una disección rigurosa, profunda y detallada del neoliberalismo y sus desastrosas consecuencias para este país, llevado a extremos inconcebibles por parte de los regímenes neoliberales padecidos.

Vuelto al tema de la Cumbre como tal, no es ocioso recordar las apreciaciones del presidente francés Emmanuel Macron, quien calificó sin tapujos como “inútiles” estas Cumbres si no llegaban a acuerdos concretos y viables.

La agudización de las contradicciones en el seno del capitalismo mundial, donde Estados Unidos busca sostener su hegemonía imperial aplicando hoy una curiosa combinación de proteccionismo y expansionismo, pone en duda la efectividad y los resultados de semejantes encuentros.

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