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Dos vías para garantizar el desarrollo

8 de agosto de 2016

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Hace muy poco señalamos en esta página web como se han ido estrellando uno tras otros los vaticinios de agoreros del capitalismo sobre el fracaso de los planes de desarrollo económico de China, al tiempo que alertaban sobre un supuesta plan de Beijing, con el fin de provocar el hundimiento de la economía norteamericana, tal como esgrime el candidato presidencial republicano, Donald Trump.
China ha demostrado que puede avanzar en su desarrollo sin que ello signifique la debacle del pueblo norteamericano ni de ningún otro.
Acostumbrado a nuestro propio estilo de construir el socialismo frente a un bloqueo criminal de cinco décadas del imperialismo norteamericano, con la República Popular China esteno ha podido hacer lo mismo, de tal manera que tiene su economía muy imbricada en los resultados de los planes de la nación asiática, que gracias a su llamada política de reforma y apertura ha logrado convertirse en la segunda potencia económica del mundo.
Ante la crisis que envuelve al mundo, China no podía escapar indemne, pero, aún así, ya ha puesto a punto planes que encarrilan su futuro por dos vías, una de ellases la de presentar estrategias basadas en expandir su influencia, como son la iniciativa dela Franja y la Ruta de la Seda, el proyecto de desarrollo coordinado entre Beijing, Tianjin y Hebei, y el cinturón económico del río Yangtzé.
Al efecto, la joven periodista de “Granma” Iramsy Peraza Forte lo explica acertadamente en su comentario Los planes que velan por el futuro de una nación, en la edición del pasado día 5, al decir que “Emplazados dentro y fuera de esa extensa geografía asiática, estos proyectos abarcan la mayoría de las ramas del comercio e implican a diferentes actores internacionales”.
Quizás todo lo anterior responda a la inquietud del investigador mexicano Ariel Noyola, ya expuesta aquí (Errado Vaticinio ), al preguntarse si los chinos podían realizar la hazaña de pasar de una economía centrada en la inversión masiva a otra impulsada por el consumo, pero sin sacrificar el crecimiento; “…aspiran a posicionar el liderazgo de su sector financiero, pero sin lidiar con la volatilidad financiera que impone el mercado mundial de capitales”, a lo cual pudiera darse respuesta en el sentido de que, bajo el Partido Comunista, que capitaliza la dirección política, las principales empresas son estatales, así como las que cotizan en las bolsas de valores.
Todo ello coadyuva a que se cumplan sus planes para borrar las desigualdades entre las diversas regiones del país y, algo muy importante y tan peligroso como los terroristas suicidas y que considero la segunda vía para lograr el crecimiento: mantener el sostenido combate a la peligrosa corrupción, esa que corroe voluntades y hace trastabillar para hacer caer a gobiernos que intentan mantener una línea progresista y mejorar la calidad de vida del pueblo.
Et abordaje a la corrupción se hace desde la base, es decir, fiscalizando la labor de quienes tienen la mayor responsabilidad y que, al menor descuido, como en cualquier contienda bélica, puede ser infiltrado por la corrosiva quintacolumna.
Pruebas al respecto podemos encontrarlas en lo sucedido a gobiernos sudamericanos que han caído bajo la ola neoliberal que trata de ahogar a los pueblos del continente, pero nos atañe ahora tratar este fenómeno en la Republica Popular China, cuyos máximos dirigentes han declarado una guerra total a la corrupción, la cual ya ha brindado frutos.
En esa impostergable y necesaria responsabilidadhan sido investigadas y detenidas miles de personas, muchas de ellas dirigentes (ahora ex) de importantes empresas estatales.
Las investigaciones son minuciosas, acuciosas, y salen a la luz cuando se comprueba el delito.
Lo más importante desde el año pasado ha sido la comprobada violación por importantes funcionario de las regulaciones anticorrupción, con problemas que van desde los viajes con fondos públicos hasta el robo de activos estatales.
Por ejemplo, a los directivos de nueve compañías, incluyendo la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), se les señaló delitos de nepotismo, formar camarillas al contratar familiares de conocidos, gastar fondos públicos en viajes, compras, entretenimientos personales, recibir regalos costosos y administrar caóticamente las finanzas.
En la investigación a nueve gigantes de la energía y las comunicaciones y otras 17 importantes empresas estatales, se detectaron a todas irrefutables pruebas al efecto. La mencionada CNPC nunca dejó de retener fondos públicos en sus “arcas privadas”, además de mantener riesgos de corruptela en sus proyectos de inversión extranjera.
Así, mejorando cada vez más sus planes de desarrollo y evitando la sangría material y moral que acarrea cualquier tipo de corrupción, la República Popular China se blinda ante presentes y futuras crisis, haciendo tangibles sus propósitos de elevar la calidad de vida del pueblo y borrar las desigualdades en la más poblada nación del mundo.

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