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Dos goles rusos

19 de julio de 2018

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La Federación de Rusia acaba de anotarse dos rotundos éxitos internacionales en menos de 72 horas, en que su prestigio, seriedad y autoridad quedaron afianzados, dando pruebas de la capacidad para enfrentar grandes y complicados empeños, tratándose de ámbitos aparentemente distanciados uno del otro.

Decimos que “aparentemente distanciados” pues ambos casos, en el fondo, estaban vinculados con la gran campaña mediática mundial antirusa, con evidentes motivaciones geopolíticas, que pretendían descalificar a Rusia y presentarla como un aventurero irrespetuoso de las leyes internacionales.

Como es conocido, se trató del desarrollo simultáneo de dos eventos en los cuales Vladimir Putin arriesgaba mucho de lo que su personalidad ha alcanzado a partir de la llegada a la presidencia de Rusia, en momentos en que Rusia –como parte de la herencia soviética–, era saqueada y devastada por las mafias mientras su política exterior era traicionada y se intentaba ponerla al servicio de Washington.

Esos acontecimientos fueron esta vez la Copa Mundial de Futbol de 2018 y la reunión cumbre efectuada con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Helsinky, capital de la habitualmente neutral Finlandia.

En cuanto al Mundial futbolístico, que fue cuidadosamente preparado por las autoridades rusas durante varios años, se caracterizó por “estadios modernos, ambiente festivo en las calles, ningún tipo de incidente ni problema organizativo, anfitriones cálidos y hospitalarios”, según la agencia alemana DPA.

El presidente de la Federación Internacional de Futbol Asociado, la poderosa FIFA, así lo definió: “Este Mundial ha cambiado la percepción del mundo sobre Rusia. Un millón de personas vinieron y han descubierto un país bonito, receptivo, muy rico en cultura e historia” Añadió Gianni Infantino: “Las opiniones preconcebidas han cambiado gracias a esta Copa del Mundo. Se ha visto la naturaleza real de la gente aquí en Rusia”.

 

La anunciada Cumbre con Trump, que sucedió a la Copa, se convirtió también en un relevante logreo –en esta ocasión político y diplomático– cuyas consecuencias. positivas para la paz mundial y para las posiciones de Rusia al respecto resultan evidentes.

 

Tal ha sido el resultado del encuentro, que los adversarios internos de Trump lo han cubierto de improperios, acusándolo de “oportunidad perdida” unos y de “actuación vergonzosa” otros.

Durante la citada reunión Putin entregó un balón al mandatario yanqui como recuerdo del exitoso Mundial, con lo cual muchos estiman que quiso decir ni más ni menos: el balón ahora está del lado estadounidense.

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