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¿Dos caras de un mismo ejército?

26 de agosto de 2013

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Coincidiendo con la sentencia de 35 años de prisión al soldado estadounidense Bradley Manning por revelación de secretos estatales y militares (incluidos crímenes de guerra contra civiles) al sitio WEB Wikileaks, dirigido por el periodista australiano Julián Assange, se ha conocido la sentencia a cadena perpetua de otro militar de Estados Unidos, el sargento Robert Bales, quien asesinó a 16 civiles afganos -incluidos nueve niños y tres mujeres- en la provincia de Kandahar, el 11 de marzo del pasado año.

Sin dejar de analizar -siquiera por curiosidad-, cómo un mismo ejército puede ser capaz de incubar personalidades tan disímiles, consideremos que, según las informaciones oficiales, ambos sancionados “se mostraron arrepentidos” por hechos tan diametralmente opuestos cuya verdadera causa, evidentemente, trata de ser ocultada por el Pentágono mediante falsedades pseudocientíficas.

En cuanto a Bradley Manning, el psiquiatra militar David Moulton le atribuyó un pintoresco “idealismo post adolescente”, tratando de presentarlo como un delirante o perturbado mental que, con su acción, suponía poder cambiar el curso futuro de la humanidad y hacerle comprender que “ninguna guerra valía la pena”.

Al sargento Bales le han diagnosticado un trastorno por estrés postraumático y lesión cerebral, sufrida en una de sus misiones anteriores a Irak, lo que motivó su inexplicable actitud cuando, en medio de la oscuridad, abrió fuego inmisericorde contra los pobladores de dos aldeas.

Si vamos a la realidad, sin embargo, veremos que en la raíz de los dos casos se encuentra la naturaleza imperialista de dominación y saqueo insaciable, así como la ambición hegemónica de Estados Unidos, cuyos ciudadanos quedan enrolados en contingentes armados que deben cumplir con las misiones más sucias y sangrientas de ese Imperio.

Mientras cientos de miles de jóvenes estadounidenses como Bradley Manning y Robert Bales – cada uno a su manera y dentro de su respectiva circunstancia-, son en definitiva víctimas también del voraz sistema, resulta que los verdaderos culpables como George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar hacen vida feliz y disfrutan de sus privilegios y riquezas.

La verdad es que mientras el sistema imperial exista, podrá haber guerras de agresión como las de Afganistán e Irak; podrá haber quienes las alienten y proclamen como el siniestro “trío de las Azores” antes mencionado y podrá haber también dos caras dentro de un mismo ejército, como Manning y Bales.

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