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Doble rasero o hipocresía nuclear

4 de mayo de 2015

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Cuando coincidentemente, se están celebrando de manera simultánea dos eventos relacionados con el tema nuclear, uno en la sede de la ONU en Nueva York y otro en Viena, Austria, donde radica la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), es imposible eludir la forma en que las llamadas “potencias occidentales” y los grandes consorcios de la información -que están a su servicio-, han manejado el asunto tanto a nivel político-diplomático como en su proyección hacia la opinión pública mundial.

Pocas veces el “doble rasero” en el tratamiento de un asunto de crucial importancia para la humanidad ha sido manejado de modo tan evidente -solo comparable con el llevado y traído de los derechos humanos-, y con tal grado de lo que llamaríamos “hipocresía nuclear”.

Son los casos que tienen que ver con el plan de desarrollo pacífico de la energía nuclear por parte de la República Islámica de Irán, sistemáticamente impedido por Estados Unidos, y el ocultamiento premeditado del hecho de que el Estado de Israel posee -según cálculos extraoficiales-, unas 200 ojivas nucleares, sigue desarrollando su armamento nuclear y se niega a participar en ningún tipo de acuerdo o entendimiento al respecto, ni siquiera bajo los auspicios de la OEIA. La entidad sionista viola todo lo que, en este sentido, prescribe el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares vigente y se sabe que transfirió tecnología y armamento nuclear al régimen racista del apartheid de Sudáfrica; especialistas israelíes de la rama nuclear han hecho públicos estos hechos, corriendo el riesgo de divulgarlos.

Asistimos por tanto, en estos momentos, a la paradójica situación de que, mientras en Viena el llamado grupo 5 + 1negocia con el gobierno iraní un acuerdo que regule el desarrollo nuclear pacífico de Irán y levante las injustas y arbitrarias sanciones económicas de que ha sido víctima; en Nueva York se discute por parte de sus 190 países signatarios la próxima revisión y prórroga del Tratado de No Proliferación Nuclear, que Israel sigue negándose a suscribir y a aceptar, manteniéndose como un filibustero nuclear, al margen de la ley internacional.

En esta conferencia de Nueva York, el Movimiento de Países No Alineados recordó que Israel se opone también a la creación de una zona libre de armas nucleares en el Medio Oriente y ha hecho fracasar todos los esfuerzos encaminados siquiera a una reunión preparatoria de ese posible acuerdo, que tanto contribuiría a la paz de esa convulsa región.

Hace pocos días el líder religioso supremo de Irán, Alí Jamenei, apuntó acertadamente en un discurso ante los mandos militares, que Estados Unidos creó “el mito de las armas nucleares”, que le sirviera de pretexto para mostrar a Irán como una amenaza y, sin embargo, no dejó de expresar su esperanza de que el acuerdo que actualmente se discute en Viena pueda llegar a convertirse en una realidad, poniendo fin a las sanciones.

Tengamos presente el caso de Irán, que en contraposición con la posesión y el desarrollo de armas nucleares por parte de Israel, evidencia de manera clara y brutal su manipulación y orquestación más grosera; obviamente no es el único pero sí clasifica como uno de los más sonados de los últimos tiempos.

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