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Distancia entre decir y hacer

3 de abril de 2019

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Identificado internacionalmente como el «conflicto del mundo árabe», se han metido en el mismo saco, temas tan sensibles como el palestino, la situación en Siria con sus diversas aristas, la apreciación dividida sobre el tema iraní, y otros casi siempre vinculados a la guerra.

Pero pienso que la temática va mucho más allá y se adentra en las riquezas de las monarquías del Golfo y la distancia que media entre la «solidaridad con la causa árabe», y el vínculo, fundamentalmente en la última década, con la política de Estados Unidos hacia la zona.

No creo que sea secreto para alguien, y así pienso, que todo esfuerzo para garantizar la paz en la región, para cortar las alas a la amenaza israelí, y para garantizar la soberanía de cada estado sin la interferencia foránea, pasa por lo que le ha faltado a la comunidad de estados árabes: la unión o unidad de acción para convertir en realidad lo que se proclama en reuniones, documentos y otras manifestaciones.

La Liga Árabe es la expresión de lo que pienso: acaba de celebrar en Túnez su Trigésima Cumbre. Casi todos los oradores, fuesen emires o presidentes, condenaron que Donald Trump reconociera como israelíes las Alturas de Golán sirias.

Por ejemplo, las agencias de prensa EFE y Reuters, en sus reportes sobre la cita de Túnez, refieren:

«La trigésima cumbre de la Liga Árabe, celebrada el fin de semana en Túnez, no se desmarcó ni un ápice del estereotipo de la organización pan-árabe, conocida por sus declaraciones tan grandilocuentes como vacías».

El mismo despacho noticioso refiere: «La reunión anual de líderes árabes giró alrededor de la política de la administración Trump hacia Israel y se saldó con un comunicado de apoyo a la soberanía siria de los Altos del Golán y a una solución al conflicto en Palestina basado en la creación de dos Estados, de acuerdo con las resoluciones de la ONU. En otras cuestiones que reflejan los profundos cismas regionales, como la guerra de Yemen o el avispero libio, se pasó de puntillas. De las revueltas populares en Argelia y Sudán, ni una palabra».

De igual forma el secretario general de la ONU, Antonio Guterres y la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, se pronunciaron contrarios a la decisión de Trump respecto a las Alturas de Golán sirio.

Un tema, debatido durante los preparativos de la Cumbre y del que se pensó inicialmente que había consenso era el de readmitir a Siria dentro de Liga Árabe, luego que le fuera retirada la membresía en 2011.

Sin embargo, ese tema ni siquiera fue incluido en el orden del día de la cita al más alto nivel.

«El retorno de Siria de momento no es posible por el veto de EE. UU. y algunos de sus aliados en la región, como Arabia Saudita. Estos países exigen que el régimen realice concesiones para su reintegración a la comunidad internacional”, apuntó el analista tunecino Salahdin Jourchi.

Como todos sabemos, no se vuelve a aceptar a Siria por sus relaciones de amistad, económicas y militares con Irán, tema que, como parte de ese mundo árabe dividido, veta a Damasco.

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