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Deuda acumulada y chantaje financiero

30 de octubre de 2018

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Haciendo uso de su hipocresía habitual y de su no menos habitual tendencia a la falsedad y la mentira, el gobierno imperialista de Estados Unidos (actual Administración  Trump y todas las anteriores) se autoproclama como principal contribuyente y sostenedor económico de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y sus agencias, un argumento que utiliza para aplicar el más burdo chantaje financiero, tanto a la organización como a los países miembros.

Por supuesto, nada es más alejado de la realidad que el falaz  recordatorio hecho por Washington cada vez que se ve envuelto en dificultades diplomáticas, denuncias, posibilidades de derrota en las votaciones o acusaciones concretas como incesante violador de la Carta de la ONU y sus reglamentos, así como de sus compromisos de país sede, los cuales también incumple con regularidad.

En medio de la difícil situación económica que hoy enfrentan las Naciones Unidas, víctima de la fobia de la Administración Trump y el asesor Bolton, han salido a relucir los datos que desenmascaran las falacias yanquis y ponen en evidencia la realidad del organismo mundial en ese aspecto.

Por ejemplo, se conoce públicamente que el gobierno de Estados Unidos adeuda más de mil 669 millones de dólares, que es el 58 por ciento de los adeudos totales de los estados miembros en la actualidad.

En cuanto a las llamadas Operaciones de Mantenimiento de la Paz, Washington adeuda casi 800 millones de dólares, lo cual implica que la ONU no puede pagar a los países contribuyentes de tropas a esas operaciones y que tampoco se devuelvan los saldos sobrantes correspondientes a las ya concluidas.

Estados Unidos retiene sus pagos a lo largo del año y busca efectuarlo al final del período anual, lo que tiene como propósito someter a las Naciones Unidas mediante esa incertidumbre al chantaje financiero.

Los expertos señalan que al distorsionarse la metodología para el pago de las cuotas es Estados Unidos el principal beneficiario y, aún así, pretende ahora rebajas en el monto que le corresponde.

En su carácter de país sede, recibe ganancias por valor de mil 500 millones de dólares al año, pues sus empresas obtienen notables ganancias mediante el consumo, los servicios de todo tipo y los alquileres que ello significa.

Mientras esto ocurre, se sabe que son numerosos los países pobres, especialmente del Tercer Mundo, que hacen enormes sacrificios económicos por honrar sus compromisos con Naciones Unidas y así mantener sus derechos de participación y voto.

El desprecio económico y la brutal ignorancia en el cumplimiento de sus compromisos es otra variante que el gobierno de Estados Unidos aplica hacia la ONU, en la búsqueda de hegemonía y dominio político mundial. Ello solo tendrá solución cuando se abra paso definitivamente en esa organización un proceso de verdadera democratización.

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