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Desgastando a Siria

24 de noviembre de 2014

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Varias semanas después de haber iniciado Estados Unidos los ataques aéreos contra los ex alumnos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) agrupados en el Estado Islámico, los avispados -y avisados- integrantes del bien preparado ejército de fundamentalistas y mercenarios mantienen su control sobre importantes regiones de Siria e Iraq, aprovechando la complicidad de Turquía e Israel, partidarios de la desintegración iraquí y el derrocamiento del legítimo gobierno de Damasco.
El auge del extremismo del Ejército Islámico hay que buscarlo en gran parte en actuaciones de Estados Unidos y sus aliados como la agresión militar contra Afganistán e Iraq y una interferencia inadecuada con su apoyo a mercenarios y terroristas en los acontecimientos en Siria.
También en los intentos de Occidente de tratar de exportar la “democracia occidental” como si fuera un producto que puede llevarse fácilmente de un lugar a otro, con el fin de mantener el dominio en una sociedad subdesarrollada, debido a que la “democracia importada” sólo lleva a gobiernos débiles y vulnerables.
En este contexto, Irán advirtió que si la intervención de la coalición impulsada por Estados Unidos para combatir a los yihadistas del Estado Islámico (EI) busca “continuar su hegemonía en la región” estarán cometiendo un nuevo “error estratégico”.
Así, consideró que deben ser los países de la zona quienes dirijan la respuesta contra esos grupos con el respaldo de otros actores.
“Obviamente, dado que los países de la región conocen mejor el daño, pueden formar mejor una coalición y aceptar compartir la responsabilidad del liderazgo contra la violencia y el extremismo”, señaló, y añadió que “si otras naciones quieren emprender acción contra el terrorismo, deben venir en su apoyo”
Pero nada de esto es atendido por Estados Unidos, donde en algunas escuelas alumnos firman petición a favor del EI, quien se vanagloria de haber reclutado mujeres norteamericanas.
“Vuelan” las noticias de que a las decapitaciones de estadounidenses, nada favorables “casualmente” a la política de Washington, le sucederán ataques suicidas contra embajadas de EE.UU. en varias partes del mundo, lo cual contrasta sospechosamente con el regocijo de ciertos círculos de la ultraderecha acerca del anuncio de que está próxima una yihad o “guerra santa” en el conflicto sirio.
Es decir, más torturas, decapitaciones y genocidio por las huestes del EI contra un pueblo que ya ha sufrido más de 200 000 muertes y la casi destrucción total de su infraestructura en tres años y ocho meses de la guerra desatada por enemigos al servicio del imperialismo y el sionismo.
No contento con ello, el Pentágono acaba de elaborar un nuevo plan de entrenamiento para grupos opositores sirios, algunos de los cuales ya han sido preparados por la CIA.
Desde el 16 de noviembre se conoce que la agencia entrena a unos 400 combatientes al mes, la misma cifra que espera capacitar el Pentágono, cuando su plan esté a pleno ritmo a finales del 2015.
El pretexto es el de siempre: preparar a los “moderados” para que combata lo mismo a Al Assad que al EI, lo cual se hacía en secreto en Jordania y ahora más abiertamente en Qatar
Entretanto, aviones estadounidenses de todo tipo intervienen plenamente en la guerra en una nación a la que desgastan y destruyen, mientras Rusia envía más observadores y buques a la zona, principalmente al puerto de Tartus, para evaluar e impedir que los presuntos ataques al EI, se conviertan en un camuflaje, con el fin de asestar golpes arteros al aliado cuyo ejército ha resistido todo tipo de embestidas.

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