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Desfachatado y ladrón

29 de abril de 2020

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Que un gobernante proclame a diestra y siniestra que no abandonará un país para seguir lucrando con su petróleo, es algo que raya en lo inaudito. Lo anterior ocurre en Sira y el susodicho, por supuesto, es Donald Trump.

Pero Trump acaba de superar tal desfachatez, cuando, en algo equivalente a un robo a mano armada, “descongelará” parte del dinero robado a Venezuela para pagar en mayo próximo 25 000 dólares a cada uno de los legisladores opositores que se han negado al diálogo de paz con el Gobierno Bolivariano.

A cada diputado se le dará 5 000 dólares por cada uno de los primeros cinco meses del año, algo que pudiera extenderse, con la mayor tajada, aunque no se dice el monto, para el ya nuevo millonario Juan Guardó, el “títere” que Estados Unidos pretende llevar a la presidencia de la nación suramericana.

Es decir, Estados Unidos regalará a la contrarrevolución un dinero que es del pueblo venezolano, que puede servir para luchar contra la actual pandemia del coronavirus, cuyo epicentro, como todos conocemos, es el propio Estados Unidos, merced a la actuación desatinada y tardía de su mandatario.

Todo ello ocurre con una amenazante flota del Comando Sur muy cerca de las costas venezolanas, dislocada convenientemente desde febrero último y lista para una agresión, a la cual militares venezolanos aseguraron que, a pesar del poder de ataque que causará sin dudas daños a la población, tal evento no estará exento de respuesta “con lo mejor que dispone militarmente” Caracas.

A ello se suma la presencia de militares colombianos en la frontera común, encargados de apoyar a elementos terroristas e impedir el regreso de 12 000 venezolanos que huyen de la pandemia en Colombia. Otro tanto ocurre en los límites con Ecuador.

 

Frustración

Aunque se menciona poco por estos días, la agresión a gran escala preparada por Estados Unidos y penante desde febrero último, bajo la falsedad de combatir el narcotráfico, Trump le dedica menos tempo a la lucha cotral pandemia que a las opciones militares para la destitución de Maduro, y considera el bloqueo naval.

El actual régimen de sanciones y el intento de bloquear todas las exportaciones de petróleo, que muestra a Washington ir tras las principales empresas petroleras que todavía hacen negocios con la estatal PDVSA (más recientemente sancionando a una subsidiaria de la petrolera estatal rusa Roset), no está poniendo una presión lo suficientemente rápida o severa sobre el gobierno de Maduro, admite una fuente cercana a la Casa Blanca.

Ésta insiste en que las elecciones en Venezuela no serán posibles con la permanencia de Maduro en el poder y buscan que el respaldo a Juan Guardó asegure la lealtad de los militares y, por lo tanto, el liderazgo sobre el país.

Trump aún no ha logrado que su par español, Pedro Sánchez, coloque a su país como una barrera europea clave para la campaña estadounidense y a la Unión Europea con el fin de destituir a Maduro. En este contexto, se ejecutan varias iniciativas nuevas que mantienen y aumentan la presión.

Entre las presiones destaca la notificación a varias compañías que hacen negocios con el gobierno venezolano, incluyendo a Relance Industries de la India, Repsol de España, Chivaron y los transportistas griegos.

Es probable que Trump plantee el tema de las importaciones de petróleo de la India desde Venezuela al primer ministro indio, Narendra Modi, pero quizás el más agresivo plan de acción es un bloqueo naval de todos los bienes que entran y salen del país.

Pero, sin inmutarse, Maduro aseveró que Venezuela está lista para responder a todo tipo de agresión, independientemente de que enfrenta la epidemia del Covid-19, que, por cierto, está enfrentando con éxito, todo lo contrario, a lo que está sucediendo en Estados Unidos, donde hay un presidente a quien no le importa la vida de sus ciudadanos y más si son viejos, pobres y demócratas. Así son menos votos contra él.

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