ribbon

Desempleo, otro virus letal

8 de abril de 2020

|

 

Las crisis exacerban nuevas crisis. Siempre, como es lógico, en aumento de las afectaciones para las grandes mayorías, las desprotegidas.

Ahora con la COVID-19 ya ha despertado la liebre del desempleo, ese otro virus que también mata, que provoca hambre y falta de recursos para la atención de salud.

Apenas tres meses después de que se reportara en China el primer contagio con el coronavirus, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hace el terrible pronóstico de la caída del empleo del 7 por ciento en todo el mundo.

Esto, de acuerdo con la citada institución, equivaldría a que se perderán más de 195 millones de empleo a tiempo completo.

Es algo así como sumar desgracias a un mundo ya saturado de ellas.

La situación que se augura en el mercado del trabajo ha llevado incluso a no tomar como referencia lo sucedido durante la gran recesión de 2008 y tampoco las conocida crisis del petróleo de los años setenta, que son los escenarios más cercanos en los que se vivió una situación crítica.

Para la Organización Internacional del Trabajo, la referencia crítica de lo ocurrido durante los años de la Segunda Guerra Mundial, es un referente de lo que se producirá ahora con la COVID-19.

«La crisis más severa desde la Segunda Guerra Mundial: las pérdidas de empleo están creciendo rápidamente en todo el mundo», apuntan los técnicos de la OIT en su última evaluación.

En el informe presentado esta semana, la región europea será la más golpeada con más de 15 millones de empleos perdidos. También habrá efectos graves en los países árabes donde la cifra de empleos bajará un 8,1% y en la región de Asia Pacífico se llegará a una caída de un 7,2%.

La institución refiere que la actual epidemia del coronavirus ya afecta a unos 2 700 millones de trabajadores, no solo por la pérdida de empleo, sino por la paralización total o parcial de centros laborales y la cantidad de personas sometidas a régimen de aislamiento para combatir el contagio de la enfermedad.

Refiere la OIT en su informe que es extremadamente difícil la situación para unos 2 000 millones de trabajadores informales de todo el mundo, si se tiene en cuenta que, generalmente, se trata de personas sin una protección salarial o social que les ayude a hacer frente a la crisis.

Argumenta el informe que el grueso de este grupo de trabajadores está en economías de ingreso medio o bajo —América Latina, Asia y África, fundamentalmente— y no tienen acceso (o, si lo tienen, es muy limitado) a los servicios de salud y a la protección social. Tampoco pueden, por tanto, acogerse a prácticamente ninguno de los programas de amortiguación del impacto para los trabajadores que sí tienen un contrato reconocido por el Estado.

Como podemos apreciar, se trata de otro virus letal, el desempleo, ese que siempre se asienta en los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad, haya o no COVID-19.

Comentarios