ribbon

De la “libertad de prensa” al terrorismo mediático

10 de marzo de 2022

|

 

En el terreno interminable, según parece, de los mitos y las farsas que de tanto repetirse pueden llegar a convertirse para muchos en una verdad -tal como reiteraba la tesis del hitleriano Goebbels- se encuentra la llamada “libertad de prensa”, tan aludida por unos y por otros pero sobre todo tan enarbolada dentro del sistema capitalista mundial, desde los tiempos del viejo colonialismo hasta la globalización capitalista neoliberal actual.

El surgimiento del capital financiero, la aparición de los monopolios, la explotación de capitales y el comercio desigual: todo ello tuvo como telón de fondo a esa denominada “libertad de prensa” que, convertida en libertad de empresa, acompañó y sirvió de punta de lanza ideológica al capitalismo, a la desigualdad social y a las guerras de rapiña hasta nuestros días.

Los más poderosos medios de comunicación conformaron nacional e internacionalmente la que conocemos como “gran prensa corporativa”, hoy ensamblada con el mundo del insaciable capital transnacional que ejerce el sagrado derecho de propiedad de esos medios, donde conviven como dueños los banqueros, las aseguradoras, las farmacéuticas, los petroleros y las telecomunicadoras. Los periodistas han pasado a ser sus empleados.

Simultáneamente, se desarrolló una revolución científico-técnica que hizo surgir al mundo digital con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial y que tuvo en ese conflicto, paradójicamente, su fase originaria. El impacto del mundo digital en las comunicaciones marcó el surgimiento de la época actual, convirtiendo al planeta en una aldea donde todo y todos -para bien o para mal- nos interconectamos y comunicamos al instante.

Mientras todo esto tenía lugar, la falaz “libertad de prensa”, afianzada ya como libertad de empresa, se apoderaba de los grandes medios de comunicación del capitalismo -incluidos ahora los más poderosos del mundo digital en manos estadounidenses- y pasaba a ejercer globalmente la dictadura mediática que hoy padecemos bajo la forma de terrorismo mediático, unilateral y casi absoluto.

Esa es la realidad desigual que en estos momentos tiene por escenario la más dura lucha de ideas, en que el capitalismo y su expresión neoliberal e imperial tratan de imponerse mediante el terrorismo mediático, evitando que grandes grupos poblacionales -tanto local como internacionalmente- tengan acceso a otros puntos de vista u opiniones divergentes del texto oficial que difunden un puñado de transnacionales cada vez más reducido.

Los acontecimientos que ocurren en la frontera ruso-ucraniana han puesto en evidencia, posiblemente como nunca antes, esta situación y la llevan a un punto culminante, al intentar la censura transnacional y el terrorismo mediático hacia todas las opiniones discrepantes o simplemente divergentes de Estados Unidos y de la OTAN.

Comentarios