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De indígenas y güeros

11 de octubre de 2017

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Muchos habrán visto capítulos de telenovelas mexicanas, donde se presentan generalmente a los güeros, (rubios, con ojos azules), como los protagonistas y héroes indiscutibles sobre los “malos” asistidos por “vasallos” mal encarados y anormales, siempre sucios, estos en su mayoría indígenas.

Son once millones los indígenas mexicanos, y del resto del más del centenar de millones de habitantes, cerca del 40% tiene mezcla de la raza autóctona de América.

Pero el indígena mexicano, como tantos otros muchos de las otras razas, viven en situación de abandono, en la pobreza, a pesar de las enormesriquezas del país, de su crecimiento económico, de estar en un pacto de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, que tantos millonarios han hecho surgir en el país de los aztecas.

Raza abandonada esta indígenas que acaba de presentar a una candidata para la presidencia del país, no con el ánimo de vencer en la lucha por el alto puesto, sino para promover una campaña de denuncia sobre la marginación de los más de 60 grupos de esa etnia.

María de Jesús Patricio Martínez, alias Marichuy, candidata presidencial de 57 años y madre de tres niños, fue la designada del Congreso Nacional Indígena para aspirar al alto cargo.

Ella habla de la necesidad de reconstruir a un México para todos los hombres de buena voluntad, haciendo hincapié en la mujer que lucha y se organiza, de aquella que ha sido invisibilizada y pocas veces escuchada, pero que ha estado presente en todas las contiendas por la liberación y la emancipación. Dijo también que las mujeres son las siempre oprimidas y excluidas, y que son quienes encabezan las resistencias hoy

Marichuy hace saber que desmontar el capitalismo  también pasa por desmontar el machismo, y que por eso es importante la propuesta del Consejo Nacional Indígena-Ejército Zapatista de Liberación Nacional de que sea candidata a la presidencia de México una mujer, de abajo, indígena y anticapitalista, para que se escuche su voz, que será la de muchos.

En el más reciente Congreso NacionalIndígena se aclaró que esta incursión formal en el proceso se sujeta a los tiempos y normas del Instituto Nacional Electoral, y no se trata de caer en lo “electorero”, porque no interesa el número de votos y se sabe que la clase política dominante pondrá obstáculos si se sintiera en peligro,

Pero lo más importante es utilizar la campaña como tribuna de denuncia de que en los territorios de pueblos indígenas se vive bajo la la violencia y el despojo por empresas trasnacionales y nacionales, el Estado y el crimen organizado.

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