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Cumpliendo órdenes

8 de julio de 2019

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Caracas a Bachelet: “Usted sabe que el informe no refleja la realidad de lo que vio en nuestro país”. Pero nada importó a la Alta Comisionada sobre los Derechos Humanos de Naciones Unidas para falsear y mentir en un informe que contó en su inmensa mayoría con las mentiras de cerca de 500 opositores –algunos de ellos agentes de la CIA– fuera del territorio nacional.

Confiado en extremo, el gobierno invitó a la supuesta figura imparcial a contar la verdad sobre el respeto de los derechos humanos en Venezuela, soportando las vicisitudes que el Imperio y sus cómplices están haciendo pasar al pueblo.

Pero, los pies de Bachelet se derritieron sobre el barro en que se sostenían para hacer un reporte extremadamente hostil, con falsedades de tal grado que ha puesto en manos del imperialismo norteamericano un importante eslabón para justificar la injustificable agresión armada contra la Revolución Bolivariana.

La ingenuidad nos ha hecho siempre dar margen a figuras como Bachelet, presupuestando que era antipinochetista y amiga de los gobernantes progresistas, pero la realidad ha mostrado que, como apuntara un colega mexicano, “habría que ser bien estúpido para no saber que Michelle Bachelet es una malinche arrastrada del imperio estadounidense, la misma que en sus dos gobiernos ordenó y toleró el asesinato y razzia de los hermanos mapuches, la represión contra estudiantes universitarios, el feminicidio y otras atrocidades en Chile, en favor de los ricos, además de ser corrupta, como se demostró en la trama de su hijo consentido, quien robó en su nombre”.

El infame informe, al que el gobierno le hizo 70 observaciones, para luego pedir que se haga uno que refleje la realidad, ha servido también para dar ínfulas a quienes han montado una especie de show en Oslo para que la oposición haga realidad sus pretensiones de unas nuevas elecciones generales en condiciones difíciles.

Y es porque éstas llevarán el hándicap de seis años de ruina, hambre y miseria de la población, causadas por el terrorismo económico liderado por el imperio estadounidense, rogado por una oposición terrorista y muy corrupta, cuya cabeza visible, hoy ha pasado de los Leopoldo López, Julio Borges y Henry Ramos Allup, a manos de un imbécil –como cas lo llamó el propio Trtump– aún más corrupto, como el autoproclamado Juan Guaidó.

Este debía haber sido procesado judicialmente y preso hace tiempo, pero la diplomacia de las conveniencias lo mantiene con total impunidad en la calle.

Y en medio de todo eso llegó Bachelet, quien ha demostrado que está descalificada para venir a Venezuela a observar cómo opera y se garantizan los derechos humanos.

Ella sólo fue a montar un expediente contra Nicolás Maduro y contra su gobierno y preparar el banquete de terror que pretende hacer el Imperio con los revolucionarios venezolanos.

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