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Cuenta regresiva

10 de mayo de 2016

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El plan implementado por la derecha para dar un golpe “democrático” a la presidenta Dilma Rousseff seguía su curso, aunque sorpresivamente el presidente interino de la Cámara de Diputados, Waldir Maranhao, suspendió el proceso de juicio político contra la jefa de Estado, según reportó el diario Folha de Sao Paulo. La mandatario recibió la noticia durante una ceremonia y entre aplausos, cantos y vítores, pidió tranquilidad a sus simpatizantes y les dijo, “por favor, tengan cautela, vivimos una coyuntura de mañas y artimañas”, según un despacho de la agencia Prensa Latina.
Con esa decisión, la votación sobre el impeachment prevista en el plenario del Senado, será retomada por los legisladores de la Cámara baja en un plazo de cinco sesiones, agregó el periódico local. Sobre la anulación, el documento oficial señala vicios y fallas en el procedimiento, que volvieron nula la petición del impeachment. En el texto, Maranhao alegó que la votación se centró en temas ajenos a los denominados “crímenes de responsabilidad” que son la base del proceso legal.
Horas antes de conocerse esta decisión, y luego de intensas jornadas de discusión en el Senado Federal, donde las partes fijaron sus posturas a favor o en contra de que la Presidenta sea sometida a un juicio político por el presunto crimen de responsabilidad, el relator Antonio Anastadia, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) exponía ante la comisión especial que atiende el caso su parecer, favorable para seguir adelante con el plan de desestabilización gubernamental.
Uno de los invitados a este importante debate, el ex presidente de la Orden de Abogados de Brasil, Marcelino Lavernere, reiteró que el proceso de destitución de la Presidenta carece de fundamento, pues no existe crimen de responsabilidad. El jurista comparó el proceso en curso, “con un tratamiento médico y aseveró que es como si se le indicara quimioterapia a quien sufrió una herida en una mano o padece un resfriado. La quimioterapia, cuando no es el último recurso, puede matar al paciente”, concluyó.
Habría que ver cómo influye este último documento para frenar lo que se esperaba, o sea, que el juicio político en esta instancia requiriera solo del apoyo de la mayoría simple y posteriormente el plenario del Senado vote, también por mayoría simple, si procede o no enjuiciar a Dilma. En fin, se siguen descontando los días y el plan en su contra avanza –siempre “democráticamente”–, para complicar mucho más la crisis de gobernabilidad existente en Brasil, a solo semanas de los primeros Juegos Olímpicos en un país latinoamericano.
Todo ello acontece en un escenario cada vez más turbio, donde al parecer se vale todo, desde la histeria de los opositores en la Cámara de Diputados, hasta amenazas de todo tipo a las principales figuras del Gobierno. Mientras se trata de estrechar el cerco en su contra, Dilma no descuida sus responsabilidades y por ello recibió a principios de mayo la Antorcha Olímpica, que recorrerá toda la nación hasta el 5 de agosto, cuando se inauguren los juegos en el estado Jornalista Mario Fiho, más conocido mundialmente como Maracaná, momento que aprovechó para recibirla “con orgullo y en nombre del pueblo brasileño darle bienvenida a esta antorcha que es el símbolo de una gran esperanza de la humanidad, que es la paz, la unión y el esfuerzo deportivo. Dejemos que esta llama guíe a la humanidad entera para celebrar la paz entre las naciones y vamos a contagiar a nuestra nación con el espíritu olímpico, en esta oportunidad histórica”.
Llama la atención la tranquilidad de ciertos espacios, políticos y periodísticos, como si solo esperaran el transcurrir de los días para obtener los resultados previstos en el plan original para desestabilizar al país y lograr la salida de Dilma del poder. Si finamente se aprobara el juicio político, ello la separaría de su cargo durante los 180 días que pudiera durar el proceso. De ser así, en este período sería sustituida por el vicepresidente Michel Temer y, de ser destituida finalmente, él completaría el mandato que vence el primero de enero de 2019. Aún se desconoce si finalmente se acepta o no la propuesta de Maranhao. Sea una cosa o la otra, comenzaría de todas formas otro capítulo de este drama.

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