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Cuba: por una empresa socialista eficiente

19 de julio de 2013

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El año próximo iniciará para la economía cubana con experimentos empresariales que tienen en el plan directivo novedades encaminadas a promover el desarrollo de las fuerzas productivas.
Habrá cuestiones que ya están anunciadas en los propósitos de los Lineamientos aprobados por el Partido en su último congreso, pero que mantienen a la empresa socialista como el eslabón y fórmula fundamental del modelo económico cubano.
Claro que ocurrirán en momentos en que el sector  por cuenta propia y el cooperativo incrementan su espacio y peso, pero siempre con el principio de que los principales medios de producción estarán en manos del Estado.
Sin embargo, no es un secreto que la empresa socialista, con sus actuales reglas y ejecución, por lo general no ha tenido el éxito y resultados que el país demanda.
Es por ello que el Plan de la Economía 2014 introduce cambios para lastrar a las empresas estatales de aquellas cargas y prohibiciones que hasta ahora han condicionado un desempeño deficiente.
Si el propósito es construir un socialismo próspero para los ciudadanos, y sustentable, entonces la empresa socialista tendrá que ser eficiente y productiva.
Para ello los cambios, que anunció en la primera sesión de la Octava Legislatura del Parlamento el vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo.
El jefe de la Comisión encargada de seguir la aplicación de los Lineamientos socio-económicos adelantó que en lo adelante la empresa tendrá definido su objeto social fundamental, pero también será de su potestad desarrollar otros que redunden en la sociedad y en sus utilidades.
Ademásdispondrá de los fondos de amortización que antes quedaban en manos del Estado, al igual que del 50 por ciento de las utilidades, una vez pagados los impuestos.
Se levantan las barreras a los mecanismos de estimulación salarial, siempre y cuando los gastos por ese concepto no vayan en detrimento de la salud de la empresa. Podrán ganar más quienes más y en mejores condiciones produzcan.
“Vigilaremos el derroche”, advirtió Murillo, quien sin embargo fue enfático en las facultades que ahora están en manos de los empresarios cubanos.
Al respecto, creo  que los sindicatos están llamados a jugar un mejor papel no solo en representar los derechos de los trabajadores, sino también en estimular la producción y el trabajo.
Otra novedad: las empresas podrán vender sus inventarios ociosos. No en balde el Vicepresidente del Consejo de Ministros dijo que esos rubros almacenados en el país no tienen nada que ver con el monto de nuestro Producto Interno Bruto.
Esta liberalización de los inventarios favorecerá también a los trabajadores por cuenta propia y los cooperativistas, que muchas veces necesitan equipos y piezas que hoy las empresas estatales no pueden venderles.
Por directiva del nuevo plan, aquellas empresas que trabajen a pérdidas por más de dos años podrían ser cerradas o transformar su actividad en otra forma de explotación. Quiere decir que pueden pasar al sector no estatal.
Murillo explicó que hay empresas que años han laborado en esas deplorables condiciones, debiéndoles y sin pagar a otras, sin que el Estado las recapitalizara o cerrara.
Claro que todo esto demanda un cambio de mentalidad, que incluye a gerentes y empleados. La transformación no será de la noche a la mañana, pero tampoco podrá esperar mucho, si es que queremos que nuestro país avance en la ruta que nos hemos propuesto.

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