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Cuba ante la ONU: Una única verdad 55 años después

28 de septiembre de 2015

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En la ONU, hace exactamente 55 años, se escuchó por primera vez la voz de Fidel Castro, el comandante barbudo que bajó triunfador de la Sierra Maestra; el líder conocido desde el comienzo de sus luchas universitarias por su enfrentamiento a la dictadura y su verbo acusador contra todos los males que afrontaba Cuba en su etapa neocolonial. Era la voz de la esperanza de nuestro país y de todos los explotados de este mundo.
Su discurso ha sido recordado por la profundidad de análisis y la valentía del entonces joven líder cubano que por varias horas y recibiendo no menos de una veintena de aplausos, dijo verdades, de esas que no siempre se escuchan en foros internacionales.
Cinco décadas y media después de aquella intervención de Fidel, otro líder cubano, también victorioso de la Sierra y comprometido en construir en Cuba un socialismo próspero y sostenible, ocupó el podio en la ONU.
Se trata de Raúl Castro, hoy presidente cubano, y que ha demostrado la valía de su pensamiento y su acción tanto en la consecución de tareas económicas adaptadas a los tiempos que vivimos, como por su apuesta a los principios para que la paz se imponga en este mundo de guerras.
Raúl pronuncio un discurso breve, y en él hizo énfasis, con gran dominio de la síntesis, en los graves problemas que aquejan a los seres humanos y a la responsabilidad de la ONU y de la comunidad internacional, en hacer realidad la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
“Los avances, quince años después de adoptados los Objetivos de Desarrollo del Milenio, son insuficientes y desigualmente distribuidos. Persisten, e incluso se agravan en muchos casos, niveles inaceptables de pobreza y desigualdad social, incluso en las propias naciones industrializadas”, destacó el presidente cubano.
Recordó que “no menos de 2 mil 700 millones de personas en el mundo viven en la pobreza. La tasa global de mortalidad infantil en menores de cinco años, sigue siendo varias veces la de los países desarrollados. La mortalidad materna en las regiones en desarrollo es catorce veces más alta que en aquellos”.
Al respecto el mandatario cubano dijo que “si queremos un mundo habitable de paz y concordia entre las naciones, de democracia, justicia social y respeto a los derechos humanos de todos, tendríamos que adoptar compromisos tangibles en materia de ayuda al desarrollo y solucionar el problema de la deuda, ya pagada varias veces”.
En sus palabras Raúl advirtió ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que “la falta de recursos no puede esgrimirse como pretexto cuando se invierten 1,7 millones de millones de dólares anuales en gastos militares, sin cuya reducción no serán posibles el desarrollo ni una paz estable y duradera”.
En cuanto a nuestro país, dijo que “persiste el bloqueo económico, comercial y financiero por más de medio siglo, el cual causa daños y privaciones al pueblo cubano, es el principal obstáculo para el desarrollo del país, afecta a otras naciones por su extraterritorialidad, y perjudica a los ciudadanos y empresarios estadounidenses. Además, el bloqueo ha sido rechazado en numerosas ocasiones por la aplastadora mayoría de los países miembros de la Organización de Naciones Unidas”.
Pese a todo, Cuba cumplió los objetivos del milenio y brindó su ayuda a otros países en varios sectores, lo que continuaremos haciendo con nuestros modestos esfuerzos, dijo Raúl; quien aseguró que “no renunciaremos a la solidaridad, la lucha por la dignidad humana y la justicia social, que son convicciones profundas de nuestra sociedad socialista”.

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