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Creación, entre embustes y otras mentiras

5 de mayo de 2015

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Mientras Estados Unidos asegura que su aviación está golpeando zonas claves de Iraq y Siria donde predomina el Estado Islámico (EI), este se sigue haciendo fuerte no solo en la zona, sino expande el amplio terreno que ya ocupa en Libia y coordina acciones con Al Qaeda y la coalición agresora santificada por Estados Unidos y dirigida por Arabia Saudita para rendir a las huestes de la tribu huzie que trata de eliminar la injerencia extranjera en Yemen.
Miles de muertos y destrucción conllevan este desastre humanitario provocado por los entes al servicio de Estados Unidos, en la que los aviones norteamericanos vendidos a Arabia Saudita dejan caer bombas de gran poder destructivo sobre la población civil, aun después de haber afirmado que los ataques habían cesado, al haber logrado su objetivo.
Washington quiere ahora decantarse de este sistemático plan para poner bajo su férula a Yemen y mantener controladas las estratégicas vías de comunicación marítima del petróleo, al tiempo que explica la “misteriosa” aparición del EI ligada a la causa de la coalición sunnita que trata de impedir un inventado control chiita dirigido por Irán.
Por supuesto, nada de esto es cierto, porque la propaganda occidental al servicio norteamericano se caracteriza por mentir, como ha pasado desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 hasta nuestros días, con el fin de intervenir directa o no, en Afganistán, Iraq, Libia, Honduras Y Venezuela.
En ello conlleva un especial papel la inteligencia norteamericana, que insufló la creación del Estado Islámico, dentro de un manojo de historias de invasiones y ocupaciones en el mundo entero.
Como el establishment no ha podido ocultar su participación en la parición del engendro, ahora ha creado toda una historia que, independientemente de sus matices verídico, tiene la misión de desviar la atención sobre el problema y hasta justificar las torturas a sus enemigos.

 

DE OBJETIVOS, NADA

 

Hace muy poco, órganos “objetivos” de divulgación británicos y norteamericanos dieron a conocer otra nueva versión de la creación hace 12 años del EI, eludiendo y ocultando las pruebas de que tanto la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos como el Mossad israelí ayudaron sobremanera a crearlo.
La nueva versión es que el grupo extremista más fuerte en la actualidad nació en una prisión estadounidense en el desierto de Iraq, Camp Bucca, que no era su nombre original. Tras la invasión de Iraq, las fuerzas británicas la llamaron Camp Freddy.
Pero en abril de 2003, cuando los estadounidenses tomaron el control del campo de detención, lo rebautizaron en honor a Ronald Bucca, un jefe de bomberos de Nueva York que murió por las labores de rescate tras el ataque a las Torres Gemelas.
Según fuentes norteamericanas, la prisión, situada a las afueras de la ciudad sureña iraquí de Basora, fue considerada la cárcel modelo de EE.UU., con unidades habitacionales de cemento y techo de madera, actividades gestionadas por los propios reclusos, y derecho a visita familiar y atención médica.
Llegó a tener 27 000 detenidos repartidos en 24 campos y clasificados con trajes de colores, según su estatus; muchos de ellos transferidos de Abu Gharib, tras el escándalo por torturas y abusos a prisioneros.
Por sus instalaciones pasaron, entre otros, nueve miembros de la cúpula del EI.
El líder del grupo yihadista, Abu Bakr al-Baghdadi, autoproclamado califa y “líder de todos los musulmanes”, por ejemplo, permaneció en Camp Bucca cinco años. Tenía 33 años. Allí coincidió con el que después sería su número dos en el EI, Abu Muslim al-Turkmani, así como con el experimentado militar Haji Bakr, hoy fallecido.
Es decir, la cárcel modelo ayudó a formar estos terroristas, pero se ocultan pruebas fehacientes de que fue la inteligencia israelí la que los reclutó.
Otra versión poco digna de crédito sobre que Camp Bucca fue la sede que ayudó a crear al EI, fue la del general David Petraeus, ex cabeza de la agresión de EE.UU. a Iraq, quien hace unos días fue destituido y posiblemente sea condenado a prisión, debido a que reveló secretos militares a su amante.
Todo este tema se saca a colación por quienes tratan de que permanezcan en prisión los aun detenidos sin ser juzgados en cárceles norteamericanas en el extranjero, bajo el pretexto de que podrían volver a formar parte de otras conspiraciones
Ahora se dice que en Camp Bucca se produjo un “matrimonio de conveniencia” entre miembros del Baath, el partido del asesinado líder iraquí Saddam Hussein, y fundamentalistas islámicos.
Es decir, nada más conveniente para tratar de ocultar el verdadero matrimonio entre el imperialismo norteamericano e Israel con las satrapías del Golfo Pérsico, principalmente Arabia Saudita, para crear un ente que domina territorios ricos en petróleo y que surgió con una fortuna calculada en 2 000 millones de dólares, tiene en nómina a unos 50 000 combatientes, utiliza con gran destreza las redes sociales con objetivo propagandístico, y a cuya llamada han acudido a hacer la “guerra santa” unos 12 000 extranjeros.
Como cada vez que sucede en un caso de estas características, la cuestión ha escapado de manos de los “tanques pensantes” imperiales, tal como ocurrió con el Talibán, aunque al EI no lo he podido ubicar en la lista terrorista creada por EE.UU. y si aparece, como una de las dos principales amenazas para Rusia, junto al sistema de antimisiles creado por Estados Unidos en Europa.

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