ribbon

Contrastes en Lampedusa

18 de enero de 2016

|

La naturaleza dotó al archipiélago de las Pelagias, en el Mar Mediterráneo, de unas playas exóticas, de arena muy blanca y una posición geográfica que la ha convertido, no solo en lugar de turismo sano, sino, sobre todo en los últimos años, en puente de entrada a Europa de cientos de miles de refugiados africanos que huyendo del hambre y las guerras, vienen en busca de refugio en países que una vez fueron sus metrópolis.
A una distancia de 205 kilómetros de Sicilia, Italia y a 113 kilómetros de Túnez, Lampedusa tiene una superficie de solo 20,2 kilómetros cuadrados, aunque es la mayor de las islas en ese archipiélago.
Administrativamente pertenece a Italia, pero geográficamente es una puerta al continente africano.
Su territorio es árido y carente de agua. Su población de 5 500 personas subsiste gracias a la pesca, la agricultura y el turismo.
El municipio de Lampedusa incluye también las pequeñas islas de Linosa y Lampione. Sólo la primera está habitada, mientras que la segunda únicamente alberga un faro. El nombre oficial del municipio es Lampedusa e Linosa.
Como contraste ante sus transparentes aguas y su llamativa ubicación, Lampedusa se ha convertido en centro mediático internacional por ser uno de los principales puntos de entrada para los inmigrantes indocumentados que buscan ingresar a países de la Unión Europea, viniendo desde África y Medio Oriente.
La prensa internacional refleja, casi a diario, la terrible realidad de miles de personas que se lanzan a la mar en precarias embarcaciones y que buscan nuevos horizontes en el llamado Viejo Continente.
Desde Libia, en el norte africano, la vía expedita utilizada en ese tráfico incesante, es a través de esta pequeña isla italiana. A sus costas han llegado no pocos cadáveres de hombres, mujeres y niños que no han podido pisar tierra. En muchos casos, como sucede también a diario, los que llegan son deportados hacia su lugar de origen, no importa el destino final de esa frustrada travesía.
Todos estos elementos hacen más coincidente y real, el hecho de que hasta allí un artista cubano de la plástica, Alexis Leyva Machado (Kcho), haya llegado con su obra Milagro, un Cristo en una cruz de remos, donada en La Habana por el presidente cubano, Raúl Castro, al Papa Francisco, y que éste decidiera donar a la iglesia San Gerlando, en Lampedusa para presidir su altar.
Se trata, como el propio Kcho explicó, de un homenaje del pueblo cubano.
Para llegar hasta allí, a aquellas transparente playas, más de 25 000 seres humanos han perdido sus vidas en las dos últimas décadas.
El Milagro de los que llegan vivos, parece resumido en la obra de Kcho, y contiene una gran carga de esperanza en medio de un mundo de mares turbulentos.

Comentarios