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Con esos “truenos”…

10 de mayo de 2018

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… del abandono del acuerdo nuclear con Irán, ¿quién puede confiar en la palabra de Donald Trump, y más en un momento en que tendrá lugar una reunión en un contexto similar con su homólogo norcoreano, Kim Jong-un?

El hecho de reunirse con el dirigente del gobierno enemigo de los pueblos ya es un éxito de Pyongyang, que ya había cosechado los frutos de la concordia en el encuentro con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, en el que se asentaron premisas para la desnuclearización de la península.

Y aunque Trump trata de restar importancia a su decisión de retirar a EE.UU., del pacto nuclear con Irán, no puede ocultar la impresión negativa de que el establishment estadounidense no respeta sus compromisos. El hecho fue solo aplaudido por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y tratado de edulcorar por el presidente francés Emmanuelle Macron.

Ya este había intentado que se cambara algo el pacto, con el fin de complacer a Trump, pero Rusia rechazó categóricamente cualquier reconsideración, porque sería una mala señal no sólo para Teherán, son también para Pyongyang en lo que se refiere al cumplimiento de las obligaciones por Occidente.

Si se hubiese aprobado un nuevo convenio, sería una violación directa de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, y socavaría los esfuerzos de muchos años en esta dirección para mantener la estabilidad y la no proliferación.

Y es que los esfuerzos del mandatario galo contradice la postura de la Unión Europea y muestra que Francia no es estable como socio y garante de la implementación del acuerdo, así como que es posible imponer a París los intereses de Washington.

El convenio, bajo el nombre de Pacto de Acción Integral Conjunto (PAIC), reconvertiría en un plazo de 10 años la infraestructura iraní de armas nucleares a fines pacíficos, en un proceso avalado y monitoreado por la ONU y otras instituciones de la comunidad internacional. A cambio, Irán obtuvo el levantamiento de pesadas sanciones económicas internacionales. Había sido firmado en el 2015 por los miembros del Consejo de Seguridad, más Alemania e Irán.

En octubre del 2017, Trump se había negado a certificar que Teherán cumplía con el pacto nuclear, a pesar de que antes lo confirmara el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y amenazó con abandonarlo si no se corregían sus “defectos”.

Posteriormente, admitió que Irán cumplía el convenio, pero seguía siendo una amenaza, al acusarlo de amparar el terrorismo, cuando lo que trataba era de desarmarlo de su importante armamento convencional, con el fin de complacer a Israel.

Los europeos dijeron que permanecerán en el acuerdo incluso con la ausencia de los estadounidenses. Pero hay preocupación por lo que harán las empresas del Viejo Continente: si, asustadas por la incertidumbre y la amenaza de las sanciones estadounidenses, deciden abandonar Irán o congelar sus inversiones, esto podría endurecer la reacción iraní.

Aún no se sabe si Trump también restablecerá las disposiciones que castigan a las empresas europeas o asiáticas que hacen negocios con entidades iraníes. De esto depende la reacción de los europeos y, al final, de Teherán.

El gobierno de Irán, pese a la noticia, declaró que continuará en el acuerdo, si se garantizan sus intereses. “Debemos ser pacientes para ver cómo los otros países reaccionan”, dijo el presidente Hasan Rohaní, y anunció que tomará decisiones más adelante, si los demás miembros del pacto anuncian su retirada.

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