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Como quiera que se ponga…

14 de octubre de 2016

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… el Imperio sigue siendo el principal culpable del nacimiento, desarrollo y larga vida del terrorismo que se extiende por el mundo y que es utilizado a conveniencia de su principal artífice, aunque cada vez más se revuelve y daña al que le dio el ser.
No es exageración, y por ello considero infantil la advertencia del candidato presidencial republicano de Estados Unidos, Donald Trump, de que si su rival demócrata, Hillary Clinton, sale electa Presidenta, Occidente estaría a merced del Estado islámico(EI).
Así Trump criticaba la política al respecto de Hillary, quien había admitido en uno de sus correos de que Estados Unidos tenía que ver con la entrega de armas a grupos terroristas, entre ellos el EI.
Como se ha señalado reiteradamente, el gobierno de Barack Obama ha sido remiso e incumplidor en los acuerdos con su homólogo ruso acerca del combate conjunto al terrorismo, única forma de eliminarlo, aseguró Vladimir Putin.
Quizás esta última idea no es tan exacta, porque se pudiera eliminar de un lugar, pero surgiría en cualquier otro parte donde exista caldo de cultivo al efecto, debido a los desajustes sociales y desigualdades propias del capitalismo y más de su versión salvaje, el neoliberalismo.
Veamos este aspecto: en las guerras y la lucha de guerrillas se necesita ocupar el espacio físico para triunfar efectivamente. En el terrorismo no es así, porque ocupa las mentes y, como expresara el teólogo brasileño Leonardo Boff, “distorsiona el imaginario e introyecta miedo”.
Recordemos que Estados unidos ocupó físicamente el Afganistán de los talibanes e Iraq, pero los primeros ocuparon las mentes de los estadounidenses, por lo cual se realizó la profecía del polémico y controvertido asesinado líder Osama bin Laden de que “Estados Unidos nunca más se sentirá seguro, nunca más tendrá paz”.
Es decir, que el Estado del Terror se ha convertido en el principal rehén del miedo y, en este contexto, la versión digital de Adital, de Brasil, publicó las palabras del ex piloto de guerra y hoy obispo Robert Bowman, dirigidas en 1998 a William Clinton, entonces presidente, que tienen enorme actualidad:
“Usted ha dicho, que somos blancos de ataques, porque defendemos la democracia, la libertad, los derechos humanos ¡eso es absurdo! Somos blanco de terroristas, porque, en buena parte del mundo, nuestro gobierno defiende la dictadura, la esclavitud y la explotación humana. Somos blancos de terroristas, porque nos odian. Y nos odian porque nuestro gobierno hace cosas odiosas. ¡En cuántos países gentes de nuestro gobierno han destituido a líderes escogidos por el pueblo, cambiándolos por dictaduras militares fantoches que querían vender su pueblo a sociedades multinacionales norteamericanas!
“…En vez de enviar a nuestros hijos e hijas por el mundo a matar árabes y obtener así el petróleo que hay bajo su tierra, deberíamos enviarlos a reconstruir sus infraestructuras, beneficiarlos con agua potable, alimentar a los niños en peligro de morir de hambre. Esta es la verdad, señor Presidente. Esto es lo que el pueblo norteamericano debe comprender”.
Pero es llover sobre mojado, porque el Imperio responde con el terror al terror que provocó (y que nunca se debe justificar), porque es incapaz de generar humanidad, única arma con que combatirlo.

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