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Como para no salir de casa

5 de mayo de 2013

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La noticia no parece haber tenido recepción por parte del gran poder mediático internacional, pero, sin lugar a dudas, muestra la verdadera cara de Iraq, un país invadido y masacrado por Estados Unidos hace algo más de una década y que hoy vive sus peores años de violencia.
A principios de mayo, la Misión de Asistencia de la ONU a Iraq brindó un informe donde se advierte que abril pasado se ha convertido en el mes más sangriento y letal en esa nación árabe, al registrarse 712 muertos, 1 633 heridos y un creciente número de atentados terroristas.
De los fallecidos 595 son civiles y 117 son miembros de las fuerzas del orden público. Respecto a los heridos, el ente detalló que un total de 1 438 fueron civiles, mientras que 195 pertenecían a la policía o el Ejército.
La violencia entre grupos étnicos, la misma que en menor grado existía antes de la invasión y ocupación militar, sigue creciendo, ahora como secuela dejada por la presencia de los militares norteamericanos y de otros países de la OTAN.
Una minoría suní, que se siente discriminada y una mayoría chiita con mayor poder económico y político, no parecen encontrar la fórmula para silenciar las armas, y sobre todo, los mortales atentados, muchos de ellos dirigidos por las fuerzas terroristas de Al Qaeda, las mismas que no existieron nunca en esa nación y que con la invasión se introdujeron libremente al país.
Un reporte de BBC Mundo, transmitido una década después de la invasión, aporta datos evidentes de que si no existiera el clima de violencia e inestabilidad dejados por Estados Unidos, el rico Estado del Golfo no tuviera las actuales carencias.
Está considerado el tercer exportador mundial de petróleo, y tiene planes de producir 3,6 millones de barriles por día durante 2013, con lo que espera ganar no menos de 200 000 millones de dólares al año, de acuerdo con datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE)
Sin embargo, el hecho de que sean las trasnacionales petroleras las que controlan la producción y el comercio del crudo, no se hacen inversiones internas y, por ejemplo, el suministro de electricidad en el país es solo de entre 4 y 8 horas de servicio diario, salvo excepciones.
Iraq es la nación de mayores pérdidas de electricidad en la distribución, debido al estado deplorable que la guerra de ocupación ha dejado en las redes, y sabotajes que aun se producen, así como falta de mantenimiento.
Paradójicamente, el país no tiene la capacidad de refinar suficiente petróleo como para satisfacer sus necesidades de electricidad; y en el caso del gas, la AIE estima que más de la mitad del producido durante el año 2012 fue quemado o desechado, lo que constituye un desperdicio enorme dada la continua escasez de suministro de electricidad.
En cuanto a los soldados norteamericanos que han fallecido en Iraq a consecuencia de la guerra, el Departamento de Defensa (Pentágono) actualizó la cifra de 4 488 muertos desde aquel 18 de marzo de 2003, cuando el entonces presidente George W. Bush, dio la orden de invadir a esa nación.
Las cifras de civiles fallecidos oscilan entre los 250 000 y un millón; la de periodistas desaparecidos fue de 288, mientras que los médicos y trabajadores  de la salud muertos son 265.
Otro “regalo” de los invasores occidentales es la corrupción, la que ha aumentado vertiginosamente y de acuerdo con encuestas actuales, el 56% de los consultados reportaron haber pagado un soborno, el 63% siente que los esfuerzos del gobierno para combatir la corrupción han sido ineficaces y una parte mayor de los entrevistados, el 77%, considera que el nivel de corrupción ha aumentado.
Actualmente 2,7 millones de iraquíes se han visto obligados a abandonar sus hogares por la violencia, la mitad se refugiaron fuera de Iraq, mientras que otros han huido de sus casas pero permanecen en el territorio nacional.
Es una triste realidad que pone al desnudo a un país de los invadidos y masacrados por militares norteamericanos, los que han dejado allí una lamentable situación, como para no salir de casa.

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