ribbon

Colusión yanqui-sionista contra Siria

26 de marzo de 2019

|

 

El irrestricto respaldo del gobierno de Donald Trump a la expansión de Israel en el Medio Oriente tomo grandes proporciones con el reconocimiento por Estados Unidos de la anexión por Israel del Golán sirio.

No importa que viole todos los reglamentos vigentes, que incumpla los mandatos de Naciones Unidas y pisotee el Derecho Internacional, algo que está acostumbrado a hacer el Imperio, sin que medie castigo o exista presión para que deshaga los entuertos.

Ello está acompañado por la continuada reiteración de que sus tropas permanecen en territorio sirio, sus aviones encabezan los bombardeos contra pequeñas aldeas de la nación, como justificación de la supuesta persecución a terroristas que han organizado, entrenado y armado hasta los dientes.

Estos grupos mercenarios han tomado a cientos de rehenes, principalmente en la provincia de Idleb, lugar que, según ha denunciado repetidamente, parece ser el lugar escogido por Estados Unidos para que esos elementos realicen un ataque químico y justificar aún más las acciones contra la ayuda solidaria de Rusia al legítimo gobierno de Damasco.

Mientras la aviación rusa golpeaba fuertemente a las huestes del terror, el Ejército Árabe Sirio ha ido liberando en tierra extensas  zonas, con la mayor parte de su infraestructura destruida, y donde ahora se emprenden trabajos de restauración, al tiempo que un millón de sirios que huyeron al extranjero han regresado, así como centenares de miles de desplazados hacia otros lugares.

No obstante estos éxitos conjuntos y la imposibilidad de Israel en el sur de apoyar a grupos mercenarios, en el Pentágono se daba el visto bueno a Trump, independientemente de algunas informaciones contradictorias.

Así lo avaló el presidente del Estado Mayor Conjunto, general Joseph Dunford, quien expresó respecto a Siria que “todavía tenemos un largo camino por recorrer”, pues solo habían completado el 20% de su objetivo de entrenar a 40 000 fuerzas “locales”, léase terroristas, con el fin de lograr el derrocamiento de Al Assad.

Y aunque Trtump insiste que la campaña contra el Estado Islámico ha terminado y que las tropas regresarían, lo real es que esto, repetidamente, se incumple.

El tal retiro se hacía muy callada y lentamente. Se suponía que dejaban solo 200 tropas de entrenamiento, luego subieron a 400 y  luego a 2 000, tras lo cual el mandatario dijo que, complaciendo peticiones del Congreso, dejaría la mitad, pero trascendió que llegaría a 3 000, sin contar el incremento de medos de destrucción, algunos de ellos para utilizarlos a manera de ensayo.

En este contexto, la agencia turca recordó la publicación de un mapa con la ubicación de 10 bases militares de EE.UU. en Siria, donde entrena a sus terroristas, incluidos los del  Estado Islámico.

Comentarios