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Colapso político en Perú

16 de noviembre de 2020

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Imitando a sus pares de Chile, igualando con la parafernalia aún no depurada en Argentina y similar a lo que acontece en Colombia, las fuerzas policiales de Perú han arremetido contra las espontáneas protestas populares por la decisión del Congreso de destituir (le llaman “vacancia”) al presidente Martín Vizcarra por presunto delito de corrupción y colocar en su lugar al líder legislativo Mario Merino.

No es que Vizcarra sea muy popular ni mucho menos, pero las manifestaciones se dirigen a repudiar la ruptura del orden constitucional por un cuerpo de diputados muy desprestigiado, 60 de los cuales tienen abiertas causas judiciales en ese contexto.

Vizcarra, quien no opuso resistencia, se retiró a su domicilio, donde prepara su defensa contra las acusaciones de fraude.

Político de derecha y defensor del neoliberalismo, asumió la presidencia de Perú, en sustitución del corrupto millonario Pedro Pablo Kuczinski (PPK), y desde el primer momento trató de hacerse con una imagen popular, habló de disminuir los índices de pobreza y desempleo y, sobretodo, combatir a los políticos que aceptan sobornos, pero no mencionó para nada a las transnacionales extranjeras y la oligarquía que explotan las riquezas del país.

La pobreza apenas ha disminuido a un índice todavía astronómico del 54%, el trabajo informal abarca el 80% de la población, las ciudades se llenan de villas miseria y el problema es aún mayor en las zonas mineras, donde incluso elementos explotadores privados se aprovechan de los recursos estatales para aumentar sus inversiones.

O sea, en Perú el crecimiento económico crece constantemente, pero a la par de ello se encuentra la miseria y el abandono, como consecuencias de la explotación.

En vez de ofrecer información sobre estos importantes problemas, los medios hablan de los presuntos esfuerzos oficiales por llevar los corruptos a las cárceles, en el curso de los cuales emergen diferencias interpartidistas, que han llevado a encerrar a la jefa del ya excluido mayor partido opositor Fuerza Política, Keiko Fujimori, por obstruir proyectos de Vizcarra acerca de enmendar la justicia, castigar a jueces venales, impedir la reelección legislativa y reducir sus mandatos.

Todo esto hace que las expectativas se dirijan hacia situaciones menores o circunstanciales, pero lo cierto es que se elude el principal problema, no se va al meollo de la situación, porque es impedido por autoridades locales que gozan a veces de la complicidad de dirigentes del gobierno central, como ocurrió durante los mandatos de Alan García, Alberto Fujimori, Alejandro Toledo y el propio PPK.

Hay muchas cosas más importantes para combatir, como la explotación humana, con ejemplos terribles por esclavizantes en el trabajo infantil y adolescente, la trata de mujeres, la venta de órganos, etcétera, principalmente, subrayo, en las zonas donde más recursos se invierte, cuyas ganancias van a parar a manos de los usurpadores de siempre, esos que defienden la libre empresa, el neoliberalismo y la sumisión al imperialismo norteamericano.

Ahora con Merino en una presidencia temporal, en un país extremadamente invadido por la COVID-19 y endeudado aún más por un préstamo por 11 000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional, las corporaciones que le apoyan y decidieron la deposición de Vizcarra tienen las manos aún más libres. principalmente en los departamentos con más inversión minera como Cajamarca, Huancavelica y Apurímac, que son los más pobres y con mayor desnutrición infantil, lo cual desmiente el mito de que mayor inversión minera es igual a desarrollo.

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